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1 Reyes 18:40 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

40 Luego Elías les ordenó: ―¡Prended a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno! Tan pronto como los prendieron, Elías hizo que los bajaran al arroyo Quisón, y allí los ejecutó.

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Biblia Reina Valera 1960

40 Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Entonces Elías ordenó: «Atrapen a todos los profetas de Baal. ¡No dejen que escape ninguno!». Entonces los agarraron a todos, y Elías los llevó al valle de Cisón y allí los mató.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Entonces Elías les dijo: '¡Detengan a los profetas de Baal, que no escape ninguno!' Los apresaron; Elías mandó que los bajaran al torrente Cisón y allí los degolló.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Y Elías les dijo: ¡Prended a los profetas de Baal! ¡Que ninguno escape! Y los prendieron, y Elías bajó con ellos al arroyo de Cisón, y allí los degolló.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Ordenó entonces Elías: 'Prended a los profetas de Baal, que no escape ni uno'. Los prendieron y Elías los hizo bajar al torrente Quisón y allí los degolló.

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1 Reyes 18:40
17 Referans Kwoze  

Entonces Elías le dijo a Acab: ―Anda a tu casa, y come y bebe, porque ya se oye el ruido de un fuerte aguacero.


Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, y cómo había matado a todos los profetas a filo de espada.


Entonces toda la gente fue al templo de Baal y lo derribó. Destruyeron los altares y los ídolos, y enfrente de los altares degollaron a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote Joyadá apostó guardias en el templo del Señor


Así que la apresaron y la llevaron al palacio por la puerta de la caballería, y allí la mataron.


Entonces toda la gente fue al templo de Baal y lo derribó. Destruyeron los altares y los ídolos, y en frente de los altares degollaron a Matán, sacerdote de Baal.


»Todo el que ofrezca sacrificios a otros dioses, en vez de ofrecérselos al Señor, será condenado a muerte.


»¡Maldito el que sea negligente para realizar el trabajo del Señor! ¡Maldito el que de la sangre retraiga su espada!


Condenarás a muerte a ese profeta o visionario por haberte aconsejado rebelarte contra el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto y te rescató de la tierra de esclavitud. Así extirparás el mal que haya en medio de ti, porque tal profeta habrá intentado apartarte del camino que el Señor tu Dios te mandó que siguieras.


»Si tu propio hermano, o tu hijo, o tu hija, o tu esposa amada, o tu amigo íntimo, trata de engañarte y en secreto te insinúa: “Vayamos a rendir culto a otros dioses”, dioses que ni tú ni tus padres conocisteis,


Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir morirá. La misma suerte correrá el profeta que hable en nombre de otros dioses”.


Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Este es el que hacía señales milagrosas en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego y azufre.


El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.


Sísara reunió sus novecientos carros de hierro, y a todos sus soldados, desde Jaroset Goyim hasta el arroyo Quisón.


Yo atraeré a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y sus tropas, hasta el arroyo Quisón. Allí lo entregaré en tus manos”.


El torrente Quisón los arrastró; el torrente antiguo, el torrente Quisón. ¡Marcha, alma mía, con vigor!


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