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1 Reyes 12:29 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

29 Así que colocó uno de los becerros en Betel, y el otro en Dan.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

29 Y puso uno en Bet-el, y el otro en Dan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Jeroboam colocó uno de los ídolos con forma de becerro en Betel y al otro lo puso en Dan, es decir, en ambos extremos de su reino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Colocó uno de los terneros en Betel y el otro en Dan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Y puso uno en Bet-’El y el otro lo colocó en Dan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Y puso el uno en Betel y el otro en Dan.

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1 Reyes 12:29
21 Referans Kwoze  

De allí se dirigió a la región montañosa que está al este de Betel, donde armó su campamento, teniendo a Betel al oeste y Hai al este. También en ese lugar erigió un altar al Señor e invocó su nombre.


En cuanto Abram supo que su sobrino estaba cautivo, convocó a trescientos dieciocho hombres adiestrados que habían nacido en su casa, y persiguió a los invasores hasta Dan.


En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.


Dios le dijo a Jacob: «Ponte en marcha, y vete a vivir a Betel. Erige allí un altar al Dios que se te apareció cuando escapabas de tu hermano Esaú».


Al oír la sentencia que el hombre de Dios pronunciaba contra el altar de Betel, el rey extendió el brazo desde el altar y dijo: «¡Prendedlo!» Pero el brazo que había extendido contra el hombre se le paralizó, de modo que no podía contraerlo.


Ben Adad estuvo de acuerdo con el rey Asá y envió a los jefes de su ejército para que atacaran las ciudades de Israel. Así conquistó Iyón, Dan, Abel Betmacá y todo Quinéret, además de Neftalí.


Sin embargo, no se apartó del pecado que Jeroboán hijo de Nabat hizo cometer a los israelitas, es decir, el de rendir culto a los becerros de oro en Betel y en Dan.


Entonces Elías le dijo a Eliseo: ―Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado a Betel. Pero Eliseo le respondió: ―Tan cierto como que el Señor y tú estáis vivos, te juro que no te dejaré solo. Así que fueron juntos a Betel.


»Vosotros pensáis que ahora, por ser muy numerosos y por tener los becerros de oro, esos ídolos que Jeroboán os hizo, podéis oponeros al reino del Señor, aunque él se lo ha entregado a los hijos de David.


Entonces Moab se avergonzará de Quemós, como el pueblo de Israel se avergonzó de Betel, santuario en el que había depositado su confianza.


Desde Dan se escucha el resoplar de sus caballos; cuando relinchan sus corceles, tiembla toda la tierra. Vienen a devorar el país, y todo lo que hay en él, la ciudad y todos sus habitantes».


Temen los moradores de Samaria por el becerro que adoran en Bet Avén. El pueblo del becerro hará duelo por él, lo mismo que sus sacerdotes idólatras. Harán lamentos por su esplendor, porque se lo llevarán al destierro.


»Si tú, Israel, te prostituyes, ¡que no resulte culpable Judá! »No vayáis a Guilgal ni subáis a Bet Avén, ni juréis: “¡Por la vida del Señor!”


Pero no acudáis a Betel, ni vayáis a Guilgal, ni paséis a Berseba, porque Guilgal será llevada cautiva, y Betel, reducida a la nada».


No vuelvas a profetizar en Betel, porque este es el santuario del rey; es el templo del reino.


Y caerán para no levantarse jamás los que juran por la culpa de Samaria, los que dicen: “¡Por la vida de tu dios, oh Dan! ¡Por la vida de tu dios, Berseba!”»


Moisés ascendió de las llanuras de Moab al monte Nebo, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí el Señor le mostró todo el territorio que se extiende desde Galaad hasta Dan,


Josué envió a unos hombres de Jericó hacia Hai, lugar cercano a Bet Avén, frente a Betel, y les dijo: «Id a explorar la tierra». Fueron, pues, a explorar la ciudad de Hai.


Y así los danitas siguieron su camino. Micaías, viendo que eran demasiado fuertes para él, se dio la vuelta y regresó a su casa.


Todos los israelitas desde Dan hasta Berseba, incluso los de la tierra de Galaad, salieron como un solo hombre y se reunieron ante el Señor en Mizpa.


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