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Mateo 18:10 - Biblia Nacar-Colunga

10 Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Cuidado con despreciar a cualquiera de estos pequeños. Les digo que, en el cielo, sus ángeles siempre están en la presencia de mi Padre celestial.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuídense, no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues yo se lo digo: sus ángeles en el Cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre del Cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10-11 Cuidado con despreciar a uno solo de estos pequeños; porque os aseguro que sus ángeles en el cielo están viendo constantemente el rostro de mi Padre celestial.

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Mateo 18:10
45 Referans Kwoze  

por dos años estuvo Absalón en Jerusalén sin poder ver al rey.


Díjole entonces Miqueas: “Oye, pues, Ja palabra de Yahvé: He visto a Yahvé sentado sobre su trono y rodeado de todo el ejército de los cielos, que estaba a su derecha y a su izquierda;'


E hizo entrar a Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucan, siete príncipes persas y rnedos que asistían al rey y ocupaban el primer rango en su reino,


El que menosprecia con sus ojos al reprobo, pero honra a los temerosos de Yahvé; el que, jurando en daño suyo, no se retracta;'


Yo en justicia contemplaré tu faz, y me saciaré, al despertar, de tu imagen.


Zain. Clamó este pobre, y Yahvé escuchó y le salvó de todas sus angustias.


Pues te encomendará a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos,


Álzate, espada, contra mi pastor, contra el hombre de mi compañía, oráculo de Yahvé de los ejércitos. Hiere al pastor y que se disperse el rebaño, y yo volveré mi mano sobre los pequeños.


Porque los que han despreciado el día de las cosas modestas, verán gozosos en la mano de Zorobabel la piedra reservad. Esos siete son los ojos de Yahvé, que observan la tierra en toda su redondez.


Mientras reflexionaba sobre esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo.


La caña cascada no la quebrará, y no apagará la mecha humeante hasta hacer triunfar el derecho;'


Así os digo: En verdad que no es voluntad de vuestro Padre, que está en los cielos, que se pierda ni uno solo de estos pequeñuelos.


Y al que escandalizase a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valiera que le colgasen al cuello una piedra de molino de asno y le arrojaran al fondo del mar.


Partido que hubieron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y estáte allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al Niño para quitarle la vida.


Muerto ya Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto


Y enviará sus ángeles con poderosa trompeta y reunirá de los cuatro vientos a los elegidos, desde un extremo del cielo hasta el otro.


El ángel le contestó, diciendo: “Yo soy Gabriel, que asisto ante Dios, y he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena nueva.


El que a vosotros oye, a mí me oye, y el que a vosotros desecha, a mí me desecha, y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.


Sucedió, pues, que murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al Seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.'


Este, como a la hora de nona, vio claramente en visión a un ángel de Dios, que acercándose a él le decía: Cornelio.


Ellos le dijeron: Estás loca. Insistía ella en que era así; y entonces dijeron: Es su ángel.'


Al instante le hirió el ángel de Señor, por cuanto no había glorificado a Dios, y, comido de gusanos, expiró.


Esta noche se me ha aparecido un ángel de Dios, cuyo soy y a quien sirvo,


Pero el ángel del Señor les abrió de noche las puertas de la prisión, y sacándolos les dijo:


Y tú, ¿cómo juzgas a tu hermano o por qué desprecias a tu hermano? Pues todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios.


Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece o se escandalice o flaquee.


Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles sin complacernos a nosotros mismos.


Pero ¿es que no tenéis casas para comer y beber? ¿O en tan poco tenéis la iglesia de Dios y así avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué voy a deciros? ¿Os alabaré? En esto no puedo alabaros.


Que nadie, pues, le tenga en poco, y encaminadle en paz para que venga a mí, pues le espero con los hermanos.


Me hago con los flacos flaco, para ganar a los flacos; me hago todo para todos, para a toda costa salvar a algunos.'


Yo, pues, el mismo Pablo, que presente soy humilde entre vosotros, pero ausente soy resuelto con vosotros,


Porque hay quien dice que las cartas son duras y fuertes, pero la presencia corporal es poca cosa y la palabra menospreciable.


Hermanos, si alguno fuere hallado en falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, cuidando de ti mismo, no seas también tentado.


Por tanto, quien estos preceptos desprecia no desprecia al hombre, sino a Dios, que os dio su Espíritu Santo.


Que nadie tenga en poco tu juventud; antes sirvas de ejemplo a los fieles en la palabra, en la conversación, en la caridad, en la fe, en la castidad.'


¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio, en favor de los que han de heredar la salud?


que no entró Cristo en un santuario hecho por mano de hombres, figura del verdadero, sino en el mismo cielo, para comparecer ahora en la presencia de Dios a favor nuestro·


Vi siete ángeles, que estaban en pie delante de Dios, a los cuales fueron dadas siete trompetas.


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