Por eso, así dice Yahvé: Vosotros no me habéis escuchado, proclamando cada uno la manumisión de su hermano y de su prójimo; he aquí que yo os proclamo la manumisión — oráculo de Yahvé — para la espada, para la peste y para el hambre, y haré de vosotros objeto de terror para todos los reinos de la tierra,'
“Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra que Yahvé os da, descansará la tierra; será un descanso en honor de Yahvé.'
Entonces disfrutará la tierra de sus sábados, durante todo el tiempo que durare la soledad y estéis vosotros en la tierra de vuestros enemigos. Entonces descansará la tierra y gozará de sus sábados.
A los que de vosotros sobrevivan, yo les infundiré espanto tal en sus corazones, en la tierra de sus enemigos, que el moverse de una hoja los sobresaltará y los hará huir como se huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga;'