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Jeremías 15:5 - Biblia Nacar-Colunga

5 ¿Quién, pues, va a compadecerse de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se dolerá de ti? ¿Quién se saldrá del camino para preguntar por ti y saludarte?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se entristecerá por tu causa, o quién vendrá a preguntar por tu paz?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 »¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén? ¿Quién llorará por ti? ¿Quién se tomará la molestia de preguntar cómo estás?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 ¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén? ¿Quién te consolará? ¿Quién se detendrá para preguntar por tu salud?

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Oh Jerusalem, ¿quién tendrá piedad de ti? ¿Quién te compadecerá? ¿Quién se desviará para preguntar acerca de ti?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 ¿Quién, pues, se apiadará de ti, Jerusalén? ¿Quién te dará el pésame? ¿Quién se volverá a preguntar cómo estás?

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Jeremías 15:5
15 Referans Kwoze  

¡Apiadaos, apiadaos de mí siquiera vosotros, mis amigos, porque me ha herido la mano de Dios!


Tú conoces el oprobio, el vituperio, la afrenta que se me hace; todos mis opresores los tienes a tu vista.'


Moisés salió al encuentro de su suegro y, prosternándose, le besó. Después de preguntarse uno a otro por la salud, entraron en la tienda de Moisés.


Vinieron a tu encuentro dos males, ¿quién se duele de ti? Ruina y azote, hambre y espada, ¿quién se compadece de ti?


y los quebraré chocando unos contra otros, padres contra hijos a la vez, oráculo de Yahvé. No tendré compasión, ni clemencia, ni misericordia para no destruirlos.


Así, pues, dice Yahvé: No vayas a casa de duelo, ni vayas a plañir, ni te lamentes por ellos, pues he retirado de este pueblo mi paz — oráculo de Yahvé — , la benignidad y la misericordia,


Y después de esto — oráculo de Yahvé — , a Sedecías, rey de Judá, y a sus servidores y al pueblo, a cuantos en esta ciudad se salven de la peste, de la espada y del hambre, los pondré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan su vida, que los pasarán a filo de espada sin compasión, sin piedad, sin misericordia.


Pe. — Tiende Sión sus manos, pero nadie la consuela. Dio Yahvé contra Jacob órdenes a los enemigos que la rodeaban, y Jerusalén fue para ellos objeto de abominación.


Y sucederá que cuantos te vean se apartarán de ti, diciendo: ¡Ha sido destruida Nínive! ¿Quién se compadecerá de ella? ¿Dónde buscaré consoladores?


Pasaron adelante; y entrando en la casa del joven levita, la casa de Mica, le preguntaron por su salud.'


después de preguntarte por tu salud, te darán dos de los panes, que tú tomarás de sus manos;'


Israelitas y filisteos se ordenaban en batalla, ejército contra ejército. David dejó los objetos que traía en manos de un guardia del bagaje y corrió hacia las filas del ejército. En cuanto llegó, preguntó a sus hermanos cómo estaban;'


y le mandó diez mozos a los que dijo: “Subid al Carmel e id en busca de Nabal; y después de saludarle de mi parte,'


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