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Hechos 13:3 - Biblia Nacar-Colunga

3 Entonces, después de orar y ayunar, les impusieron las manos y los despidieron.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Así que, después de pasar más tiempo en ayuno y oración, les impusieron las manos y los enviaron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ayunaron e hicieron oraciones, les impusieron las manos y los enviaron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los dejaron marchar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Entonces ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los enviaron.

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Hechos 13:3
18 Referans Kwoze  

y, poniendo sobre él sus manos, le instituyó como se lo había dicho Yahvé a Moisés.


y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro. No se apartaba del templo, sirviendo con ayunos y oraciones noche y día.


Orando dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos escoges


Un día, mientras celebraban la liturgia en honor del Señor y guardaban los ayunos, dijo el Espíritu Santo: Segregadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.


Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí navegaron a Chipre,


Les constituyeron presbíteros en cada iglesia por la imposición de las manos, orando y ayunando, y los encomendaron al Señor, en quien habían creído.


y de allí navegaron hasta Antioquía, de donde habían salido, encomendados a la gracia de Dios, para la obra que habían realizado.


mientras que Pablo, llevando consigo a Silas, partió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor.


los cuales fueron presentados a los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.


Fue Ananías y entró en la casa, e imponiéndole las manos, le dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino que traías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.


¿Y cómo predicarán si no son enviados? Según está escrito: “¡Cuan hermosos los pies de los que anuncian buenas nuevas!”


No descuides la gracia que posees, que te fue conferida, mediante profecía, con imposición de las manos del colegio de los presbíteros.


No seas precipitado en imponer las manos a nadie, no vengas a participar de los pecados ajenos. Guárdate puro.


Por esto te amonesto que hagas revivir la gracia de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos.


y lo que de mí oíste ante muchos testigos, encomiéndalo a hombres fieles, capaces de enseñar a otros.


ellos hicieron el elogio de tu caridad en presencia de la iglesia. Muy bien harás en proveerlos para su viaje de manera digna de Dios,


Por tanto, debemos nosotros acogerlos para ser cooperadores de la verdad,


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