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1 Timoteo 2:6 - Biblia Nacar-Colunga

6 que se dio a sí mismo como rescate por todos; testimonio dado a su tiempo,'

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Él dio su vida para comprarles la libertad a todos. Este es el mensaje que Dios le dio al mundo justo en el momento preciso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 que en el tiempo fijado dio el testimonio: se entregó para rescatar a todos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, cuyo testimonio fue dado en sus propios tiempos;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 que se entregó a sí mismo como rescate por todos, y que es el testimonio dado a su debido tiempo.

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1 Timoteo 2:6
34 Referans Kwoze  

tenga piedad de él y le diga: “Líbralo de descender a la fosa; yo hallé el rescate (de su vida).”


Todos nosotros andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su camino, y Yahvé cargó sobre él la iniquidad de todos nosotros.


un novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto;'


así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos.


? diciendo: Cumplido es el tiempo, y el reino de Dios está cercano; arrepentios y creed en el Evangelio.'


pues tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida para redención de muchos.


Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo le daré es mi carne, vida del mundo.'


pero manifestado ahora, y por medio de las Escrituras proféticas, conforme a la disposición de Dios eterno, dado a conocer a todas las gentes para que se rindan a la fe,


Porque cuando todavía éramos débiles, Cristo, a su tiempo, murió por los impíos.


en la medida en que el testimonio de Cristo se consolidó entre vosotros,


A quien no conoció el pecado, le hizo pecado por nosotros, para que en El fuéramos justicia de Dios.


que se entregó por nuestros pecados, para librarnos del presente siglo malo, según la voluntad de nuestro Dios y Padre,


mas, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley,


para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo y Padre de la gloria os conceda espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El,


en quien tenemos la redención por la virtud de su sangre, la remisión de los pecados, según las riquezas de su gracia,


no fue dado a conocer a las generaciones pasadas, a los hijos de los hombres, como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:


y vivid en caridad, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio a Dios en olor suave.


cuando venga, en aquel día, para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que creyeron, y vosotros habéis creído a mi testimonio.


a quien hará aparecer a su tiempo el bienaventurado y solo Monarca, Rey de reyes y Señor de los señores,


No te avergüences, pues, del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; antes soporta con fortaleza los trabajos por la causa del Evangelio, fiado en el poder de Dios,'


y que en el tiempo prefijado manifestó su palabra por la predicación a mí confiada según el mandato de nuestro Salvador, Dios:


que se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y adquirirse un pueblo propio, celador de obras buenas.


entró de una vez para siempre en el santuario, no por la sangre de los machos cabríos y de los becerros, sino por su propia sangre, habiendo obtenido una redención eterna.


Llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que, muertos al pecado, viviéramos para la justicia, y por sus heridas hemos sido curados.


Porque también Cristo murió una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu


En eso está la caridad, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó y envió a su Hijo, víctima expiatoria de nuestros pecados.


y de Jesucristo, el testigo veraz, el primogénito de los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha absuelto de nuestros pecados por la virtud de su sangre,


Cantaron un cántico nuevo, que decía: Digno eres de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre has comprado para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación,


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