Entonces me arrodillé a los pies del ángel para adorarlo, pero él me dijo: '¡No lo hagas! Adora a Dios, pues yo también le sirvo, igual que tú y que todos los que siguen confiando en el mensaje que les dio Jesús'.
Porque el mensaje que Jesús enseñó es lo que anima a la gente a seguir anunciándolo. La victoria del jinete
Todos los que estaban en la barca se arrodillaron ante Jesús y le dijeron:
--¡Es verdad, tú eres el Hijo de Dios! Jesús sana a los enfermos en Genesaret