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Hebreos 3:13 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

13 Al contrario, mientras aún queda tiempo, cada uno debe animar al otro a seguir confiando. Así nadie pensará que al pecar hace el bien, ni dejará de obedecer a Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Adviértanse unos a otros todos los días mientras dure ese «hoy», para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Más bien anímense mutuamente cada día, mientras dura ese 'hoy'; que ninguno de ustedes se deje arrastrar por el pecado y llegue a endurecerse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Antes bien, exhortaos los unos a los otros cada día, en tanto se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 por el contrario, animaos mutuamente cada día, mientras aquel hoy perdura, sin que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

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Hebreos 3:13
13 Referans Kwoze  

Por eso, anímense los unos a los otros, y ayúdense a fortalecer su vida cristiana, como ya lo están haciendo. Instrucciones finales


Quiero que anuncies el mensaje de Dios en todo momento. Insiste en anunciarlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.


Así que, anímense los unos a los otros con esta enseñanza.


Porque el pecado usó la ley para engañarme, y con esa misma ley me alejó de Dios.


Bernabé era un hombre bueno, que tenía el poder del Espíritu Santo y confiaba solamente en el Señor. Cuando Bernabé llegó y vio que Dios había bendecido a toda esa gente, se alegró mucho y los animó para que siguieran siendo fieles y obedientes al Señor. Y fueron muchos los que escucharon a Bernabé y obedecieron el mensaje de Dios.


Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan.


Por eso, ya no vivan ni sean como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir.


Saben que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como un padre trata a sus hijos. Los animamos, los consolamos,


Hermanos, les he escrito estas breves palabras para animarlos. Léanlas con paciencia.


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