3 con más razón seremos castigados nosotros si no cuidamos una salvación tan importante. Porque el Señor mismo fue el primero en dar el mensaje de salvación, y los que oyeron ese mensaje también nos demostraron después que era verdad.
3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
3 Entonces, ¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar?
3 ¿Cómo, pues, escaparemos nosotros, si despreciamos una salvación tan trascendente? El Señor mismo la proclamó primero y luego la confirmaron aquellos que le oyeron.
3 ¿cómo escaparemos nosotros, teniendo en poco° una salvación tan grande?, la cual, comenzando° a ser proclamada por el Señor, nos° fue confirmada por los que lo oyeron a Él,
3 ¿cómo podremos nosotros escapar, si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue inaugurada por la predicación del Señor. Los que la escucharon nos la confirmaron a nosotros
Tengan cuidado cuando Dios les llame la atención. No lo rechacen, porque los israelitas que en el pasado lo rechazaron, no escaparon del castigo. En aquella ocasión, cuando Dios les habló, su voz hizo temblar la tierra. Y si nosotros rechazamos a Dios, que nos llama la atención desde el cielo, tampoco escaparemos del castigo. Porque ahora él dice: 'Otra vez haré temblar, no sólo la tierra sino también el cielo'.
Por eso, hagamos todo lo posible por obedecer a Dios, para que en ese día recibamos su descanso. No sigamos el ejemplo de los que no creyeron la buena noticia.
Pero ahora, en estos últimos tiempos, Dios nos ha dado su mensaje por medio de su Hijo. Dios creó el universo por medio de su Hijo, y lo hizo dueño de todas las cosas.
Esto es verdad, y todos deben creerlo: Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores del castigo que merecen, ¡y yo soy el peor pecador de todos! Pero Dios fue bueno y me salvó. Así demostró la gran paciencia que Jesucristo tuvo conmigo. Lo hizo para que otros sigan mi ejemplo y confíen en Cristo para tener vida eterna.
Por eso, mientras siga en pie la promesa de descansar con Dios, debemos tener cuidado. Sería una lástima que alguno de ustedes no pudiera recibir de Dios ese descanso.
'Escúchenme bien, porque voy a hablarles de Jesús, el que vivía en Nazaret. Todos nosotros sabemos que Dios envió a Jesús. También sabemos que Dios le dio grandes poderes porque lo vimos hacer grandes maravillas y señales.
Jesús preguntó:
--¿Qué ha pasado?
Ellos le respondieron:
--¡Lo que le han hecho a Jesús, el profeta de Nazaret! Para Dios y para la gente, Jesús hablaba y actuaba con mucho poder.
Cuando la gente diga: 'Todo está tranquilo y no hay por qué tener miedo', entonces todo será destruido de repente. Nadie podrá escapar, pues sucederá en el momento menos esperado, como cuando le vienen los dolores a una mujer embarazada. ¡No podrán escapar!
Dios es tan sabio que no permitió que la gente de este mundo lo conociera mediante el conocimiento humano. En lugar de eso, decidió salvar a los que creyeran en el mensaje que anunciamos, aun cuando este mensaje parezca una tontería.
De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para que muchos seamos perdonados de nuestros pecados. Después él volverá otra vez al mundo, pero no para morir por nuestros pecados sino para salvar a todos los que esperamos su venida.
Les escribimos esta carta para anunciarles lo que hemos visto y oído acerca de la Palabra de vida que existía desde antes de que Dios creara el mundo. Lo hacemos para que podamos alegrarnos completamente, y para que ustedes se mantengan unidos a nosotros así como nosotros nos mantenemos unidos a Dios el Padre y a su Hijo Jesucristo.
Esta Palabra de vida es Jesucristo, y es quien da la vida verdadera: la vida eterna. Él estaba con Dios el Padre, pero vino a nosotros. Y nosotros, sus discípulos, lo escuchamos hablar, lo vimos con nuestros propios ojos, y hasta pudimos tocarlo. Amigos de Dios