11 pero el que aborrece a su hermano, está en las tinieblas, y anda en las tinieblas, y no sabe a dónde va, por cuanto las tinieblas le cegaron sus° ojos.
Jesús les contestó:
--Yo soy la luz, y estaré con ustedes poco tiempo. Crean en mí mientras aún estoy aquí. Creer en mí significa andar por el camino mientras todavía hay luz, para no ser sorprendido por la noche; porque el que camina en la oscuridad no sabe por dónde va.
Después de decir esto, Jesús se apartó de todos y se fue a un lugar donde no lo pudieran encontrar. La gente no creía en Jesús
Antes, nosotros mismos éramos ignorantes y desobedientes, y andábamos perdidos. Hacíamos todo lo malo que se nos ocurría para divertirnos. Fuimos esclavos de esos malos deseos. Éramos malvados y envidiosos. Todo el mundo nos odiaba, y nosotros también odiábamos a los demás.
Pues tú dices que eres rico, que te ha ido muy bien y que no necesitas de nada. Pero no te das cuenta de que eres un desdichado, un miserable, y que estás pobre, ciego y desnudo.
La buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no pueden verla, porque Satanás no los deja.
Ellos nunca lo entendieron. Por eso hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, no lo entienden. Es como si su entendimiento estuviera tapado con un velo. Sólo Cristo puede ayudarles a entender.
Si decimos que amamos a Dios, y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros, somos unos mentirosos. Porque si no amamos al hermano a quien podemos ver, mucho menos podemos amar a Dios, a quien no podemos ver.