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1 Corintios 12:2 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

2 Cuando ustedes aún no habían creído en Cristo, cometían el error de adorar ídolos que ni siquiera pueden hablar.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ustedes saben que, cuando todavía eran paganos, fueron llevados por mal camino y arrastrados a rendir culto a ídolos mudos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Cuando aún eran paganos, perdían el control de sí mismos al ser llevados a sus ídolos sin voz ni vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Sabéis que cuando erais paganos, erais conducidos como extraviados ante los ídolos mudos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Sabéis que cuando erais paganos os dejábais arrastrar hacia los ídolos mudos, desviándoos del recto camino.

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1 Corintios 12:2
15 Referans Kwoze  

Por mucho tiempo ustedes vivieron haciendo lo mismo que hacen los que no creen en Dios. Tenían vicios y malos deseos, se emborrachaban, participaban en fiestas escandalosas y, lo más terrible de todo, adoraban ídolos.


Porque todos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron, y cuentan cómo ustedes dejaron de adorar ídolos para adorar y servir al Dios vivo y verdadero.


Antes, cuando ustedes todavía no conocían a Dios, vivían como esclavos de los dioses falsos.


Y algunos de ustedes eran así. Pero Dios les perdonó esos pecados, los limpió y los hizo parte de su pueblo. Todo esto fue posible por el poder del Señor Jesucristo y del Espíritu de nuestro Dios. Agrademos a Dios con todo lo que somos


Porque Dios los libró del inútil modo de vida que ustedes aprendieron de sus antepasados. Y bien saben ustedes que, para liberarlos, no pagó él con cosas que pueden destruirse, como el oro y la plata;


Antes, nosotros mismos éramos ignorantes y desobedientes, y andábamos perdidos. Hacíamos todo lo malo que se nos ocurría para divertirnos. Fuimos esclavos de esos malos deseos. Éramos malvados y envidiosos. Todo el mundo nos odiaba, y nosotros también odiábamos a los demás.


No hagan caso de los fariseos: son como el ciego que guía a otro ciego, y si un ciego guía a otro, los dos terminan cayéndose en una zanja.


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