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Salmos 99:1 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

1 El SEÑOR reina, temblarán los pueblos; el que está sentado sobre los querubines reina , se conmoverá la tierra.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová reina; temblarán los pueblos. Él está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡El Señor es rey! ¡Que tiemblen las naciones! Está sentado en su trono, entre los querubines. ¡Que se estremezca toda la tierra!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El Señor reina, tiemblan los pueblos; monta en querubines, la tierra se estremece.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡YHVH reina! ¡Tiemblen los pueblos! Se sienta sobre los querubines, ¡Conmuévase la tierra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Reina el Señor, los pueblos se conmueven, está sentado sobre querubines, la tierra se estremece.

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Salmos 99:1
30 Referans Kwoze  

Y se levantó David, y fue con todo el pueblo que tenía consigo, de Baala de Judá, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre del SEÑOR de los ejércitos, que mora en ella entre los querubines.


Temed delante de su presencia, toda la tierra; que el mundo está aún afirmando para que no se conmueva.


Y cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento.


Y yo envestí mi rey sobre Sion, el monte de mi santidad.


Al Vencedor: sobre Sosanim: testimonio de Asaf: Salmo. Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.


Despierta tu valentía delante de Efraín, y de Benjamín, y de Manasés, y ven a salvarnos.


No saben, no entienden, andan en tinieblas; vacilan todos los cimientos de la tierra.


El SEÑOR reina, se vistió de magnificencia, se vistió el SEÑOR de fortaleza, se ciñó; afirmó también el mundo, que no se moverá.


Decid entre los gentiles: El SEÑOR tomó el reino, también compuso el mundo, no será conmovido; juzgará a los pueblos en justicia.


Adorad al SEÑOR en la hermosura de la santidad; temed delante de él, toda la tierra.


El SEÑOR reina; regocíjese la tierra, alégrense las muchas islas.


Sus relámpagos alumbraron el mundo; la tierra vio, y se angustió.


Y de allí me testificaré a ti, y hablaré contigo de sobre la cubierta, de entre los dos querubines que estarán sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandaré para los hijos de Israel.


El SEÑOR mezcló espíritu de vahido en medio de él; e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como desatina el borracho en su vómito.


Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos.


Del estruendo de la caída de ellos la tierra tembló, y el grito de su voz se oyó en el mar Bermejo.


¿A mí no me temeréis? Dice el SEÑOR; ¿delante de mi presencia no os amedrentaréis, que puse arena por término al mar por ordenación eterna, la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán.


Del grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó entre los gentiles.


Y me dijo: Hijo de hombre, éste es el lugar de mi asiento, y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más contaminará la Casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, y con los cuerpos muertos de sus reyes en sus altares.


Dijo pues: Un hombre noble se fue a una provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver.


Pero sus ciudadanos le aborrecían, y enviaron tras de él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.


Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.


Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, obrad vuestra salud con temor y temblor;


diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado.


Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.


Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte e islas fueron movidas de sus lugares.


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