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Salmos 9:12 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

12 Porque demandando la sangre se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los humildes.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pues el vengador de los que son asesinados cuida de los indefensos; no pasa por alto el clamor de los que sufren.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pues pide cuentas por la sangre vertida, se acuerda de los oprimidos y no olvida su clamor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Porque Aquél que demanda la sangre° se acordó de ellos, No ha olvidado el clamor de los humildes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Zain. Celebrad al Señor, que mora en Sión, proclamad entre las gentes sus acciones.

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Salmos 9:12
21 Referans Kwoze  

Porque ciertamente vuestra sangre que es vuestra alma, yo la demandaré; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré el alma del hombre.


asimismo por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; por tanto el SEÑOR no quiso perdonar.


Tú has visto; porque tú miras el trabajo, y el enojo, para dar justicia en tus manos; a ti se acoge el pobre, tú eres el amparo del huérfano.


El deseo de los humildes oíste, oh SEÑOR; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído;


habrá mirado a la oración de los solitarios y menesterosos , y no habrá desechado el ruego de ellos.


Porque el SEÑOR ha elegido a Sion; la deseó por habitación para sí.


Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre en espíritu , ni de él escondió su rostro; y cuando clamó a él, le oyó.


Vau Este pobre llamó, y le oyó el SEÑOR, y lo libró de todas sus angustias.


Los carros de Dios son dos millares de miles de ángeles, el Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.


Acuérdate de tu congregación, que adquiriste de antiguo, cuando redimiste la vara de tu heredad; este monte de Sion, donde has habitado.


Allí quebró las saetas del arco; el escudo, y la espada, y la guerra. (Selah.)


Y dijo el SEÑOR: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; por lo cual yo he entendido sus dolores.


El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido ahora delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.


Porque he aquí, que el SEÑOR sale de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá su sangre, y no encubrirá más sus muertos.


He aquí, yo y los hijos que me dió el SEÑOR, somos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos, que mora en el Monte de Sion.


Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, al cual matasteis entre el Templo y el altar.


porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tú les has dado también a beber sangre, pues lo merecen.


Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron al SEÑOR; y su alma fue angustiada a causa del trabajo de Israel.


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