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Salmos 25:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

2 Bet Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 ¡Confío en ti, mi Dios! No permitas que me avergüencen, ni dejes que mis enemigos se regodeen en mi derrota.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 a ti que eres mi Dios. En ti he confiado, que no quede avergonzado ni se rían de mí mis enemigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 b ¡Dios mío, en ti confío! No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 en tí, mi Dios, confío. Que no sufra vergüenza, que no tengan en mí mis enemigos motivo de alegría.

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Salmos 25:2
32 Referans Kwoze  

Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo; mas los hijos de Judá se fortificaron, porque se apoyaban en el SEÑOR Dios de sus padres.


Mas yo en tu misericordia he confiado; se alegrará mi corazón en tu salud.


Escucha mi clamor, que estoy muy afligido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.


SEÑOR, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.


Al Vencedor, sobre Ajelet-sahar el lucero de la mañana . Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?


Clamaron a ti, y fueron librados; esperaron en ti, y no se avergonzaron.


Remítese al SEÑOR, líbrelo; sálvele él , puesto que en él se complacía.


Al Vencedor: Salmo de David. En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo avergonzado para siempre; líbrame en tu justicia.


En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.


Inclina a mí tu oído, líbrame presto; seme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.


Chet Gustad, y ved que es bueno el SEÑOR; dichoso el hombre que confiará en él.


Y el SEÑOR los ayudó, y los libera, y los libertará de los impíos; y los salvará, por cuanto esperaron en él.


En esto habré conocido que te he agradado, que mi enemigo no se holgará de mí.


Al Vencedor: sobre la paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat. Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome cada día.


Sigaión de David, que cantó al SEÑOR sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín. SEÑOR Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;


En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo confundido para siempre.


Dirá al SEÑOR: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, me aseguraré en él.


¿Hasta cuándo los impíos, oh SEÑOR, hasta cuándo, se gozarán los impíos?


Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado.


por tanto, el Señor DIOS dice así: He aquí que yo fundo en Sion una piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento cimentado; el que creyere, no se apresure.


Diréis así a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios, en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.


Ahora pues, SEÑOR Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan, que sólo tú, oh SEÑOR, eres Dios .


Y yo ampararé a esta ciudad para salvarla por amor de mí, y por amor de David mi siervo.


Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino. Pero tú te regocijarás en el SEÑOR, te gloriarás en el Santo de Israel.


Y reyes serán tus ayos; y sus reinas, tus amas de leche ; el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy el SEÑOR, que no se avergonzarán los que me esperan.


Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; asómbrense ellos, y no me asombre yo; trae sobre ellos día malo, y quebrántalos con doble quebrantamiento.


Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.


y la esperanza no será avergonzada; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.


Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal Piedra de la esquina, escogida, preciosa: Y el que creyere en ella, no será confundido.


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