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Salmos 119:154 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

154 Aboga mi causa, y redímeme; vivifícame con tu dicho.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

154 Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

154 ¡Defiende mi caso; ponte de mi lado! Protege mi vida como lo prometiste.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

154 Defiende mi causa y líbrame, que me vivifique tu palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

154 Aboga por mi causa, redímeme; Y vivifícame por tu palabra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

154 Propugna mi derecho, rescatándome, y según tu promesa dame vida.

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Salmos 119:154
15 Referans Kwoze  

Ciertamente yo buscaría a Dios, y depositaría en él mis negocios;


DALET Se apegó con el polvo mi alma, vivifícame según tu palabra.


Confirma tu palabra a tu siervo, que te teme.


He aquí yo he codiciado tus mandamientos, vivifícame en tu justicia.


De David. Disputa, oh SEÑOR, con los que contra mí contienden; pelea con los que me combaten.


Recuerda y despierta para mi juicio, para mi causa, Dios mío y Señor mío.


Júzgame, oh Dios, y pleitea mi pleito; de gente no misericordiosa, de varón de engaño me libra.


porque el SEÑOR juzgará la causa de ellos, y despojará el alma de aquellos que los despojaren.


Mas, oh SEÑOR de los ejércitos, que juzgas justicia, que pruebas los riñones y el corazón, vea yo tu venganza en ellos; porque a ti he descubierto mi causa.


El redentor de ellos es el Fuerte; el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre; de cierto abogará la causa de ellos, para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.


Por tanto, así dijo el SEÑOR: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que quede seca su corriente.


La ira del SEÑOR soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi juicio; él me sacará a luz; veré su justicia.


Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, Abogado tenemos delante del Padre, a Jesús, el Cristo Justo;


El SEÑOR, pues, será juez, y él juzgará entre mí y ti. El vea, y pleitee mi pleito, y me defienda de tu mano.


Y aconteció que, cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzando Saúl su voz lloró.


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