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Isaías 51:22 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

22 Así dijo tu Señor, YO SOY tu Dios, el cual pleitea por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de angustia, la hez del cáliz de mi furor, nunca más lo beberás.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Esto dice el Señor Soberano, su Dios y Defensor: «Miren, yo les quité de las manos la copa aterradora; ya no beberán más de mi furia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Así te habla tu Señor, Yavé, tu Dios, defensor de tu pueblo: Yo quito de tu mano la copa que hace perder los sentidos, la copa de mi enojo; tú ya no volverás a tomarla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Así dice YHVH tu Soberano, y tu Dios, Que defiende la causa de su pueblo: He aquí, Yo quito de tu mano la copa del aturdimiento; No volverás a beber de la copa de mi ira;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 así dice Yahveh, tu Señor, tu Dios, que defiende a su pueblo: 'Mira: retiro de tu mano la copa del vértigo; el cáliz, la copa de mi ira ya no volverás a beberla;

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Isaías 51:22
22 Referans Kwoze  

De David. Disputa, oh SEÑOR, con los que contra mí contienden; pelea con los que me combaten.


Has hecho ver a tu pueblo duras cosas; nos hiciste beber el vino de temblor.


porque el SEÑOR juzgará la causa de ellos, y despojará el alma de aquellos que los despojaren.


Entonteceos, y entonteced; cegaos, y cegad; embriagaos, y no de vino; titubead, y no de sidra.


Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen la carrera de tus caminos.


El SEÑOR está en pie para litigar, y está para juzgar a los pueblos.


Así pues dice el SEÑOR: Ciertamente, la cautividad será quitada al valiente; y la presa será dada por libre; y tu pleito yo lo pleitearé, y a tus hijos yo los salvaré.


Despiértate, despiértate, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano del SEÑOR el cáliz de su furor, las heces del cáliz de angustia bebiste, y chupaste.


Juró el SEÑOR por su mano derecha, y por el brazo de su fortaleza. Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que tú trabajaste.


Porque así me dijo el SEÑOR Dios de Israel: Toma de mi mano el vaso del vino de este furor, y da a beber de él a todos los gentiles a los cuales yo te envío.


El redentor de ellos es el Fuerte; el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre; de cierto abogará la causa de ellos, para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.


Por tanto, así dijo el SEÑOR: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que quede seca su corriente.


He : Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos.


Resh : Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.


Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque derramaré mi Espíritu sobre la Casa de Israel, dijo el Señor DIOS.


juntaré todos los gentiles, y los haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellos a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a los cuales esparcieron entre las naciones, y partieron mi tierra;


De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán, todos los gentiles de continuo; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido.


La ira del SEÑOR soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi juicio; él me sacará a luz; veré su justicia.


He aquí, yo pongo a Jerusalén por vaso de veneno a todos los pueblos de alrededor, y también a Judá la cual será en el cerco contra Jerusalén.


Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís; ¿podéis beber el vaso que yo tengo de beber, y ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado? Y ellos le dicen: Podemos.


Y luego que David oyó que Nabal era muerto, dijo: Bendito sea el SEÑOR que juzgó la causa de mi afrenta recibida de la mano de Nabal, y detuvo del mal a su siervo; y el SEÑOR ha tornado la malicia de Nabal sobre su propia cabeza. Después envió David a hablar a Abigail, para tomarla por su mujer.


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