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Hechos 9:41 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

41 Y él le dio la mano, y la levantó; entonces llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

41 Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 Él le dio la mano y la ayudó a levantarse. Después llamó a las viudas y a todos los creyentes, y la presentó viva.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Ella abrió los ojos, reconoció a Pedro y se sentó. El le dio la mano y la ayudó a levantarse; luego llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva.

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Y dándole la mano, la levantó; y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Él le dio la mano y la levantó; llamó luego a los fieles y a las viudas y se la presentó vuelta a la vida.

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Hechos 9:41
15 Referans Kwoze  

Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y su corazón se desmayó; pues no los creía.


Tomando luego Elías al niño, lo trajo de la cámara a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive.


Y él le dijo: Tómalo. Y él tendió la mano, y lo tomó.


La bendición del que se iba a perder venía sobre mí; y al corazón de la viuda daba alegría.


El SEÑOR, el que guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna.


Entonces llegando él , la tomó de su mano y la levantó; y luego la dejó la fiebre, y les servía.


Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban fuera a un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda; y había con ella grande compañía de la ciudad.


Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.


Y llevaron al joven vivo, y fueron consolados no poco.


Y tomándole por la mano derecha le levantó; y luego fueron afirmados sus pies y piernas.


En aquellos días, creciendo el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que sus viudas eran menospreciadas en el ministerio cotidiano.


Entonces Ananías respondió: Señor, he oído a muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;


Y aconteció que Pedro, visitándolos a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.


Honra a las viudas que en verdad son viudas.


Ahora, la que en verdad es viuda y sola, espera en Dios, y es diligente en súplicas y oraciones noche y día.


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