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Hageo 2:17 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

17 Os herí con viento solano, y con tizoncillo, y con granizo a vosotros , y en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dijo el SEÑOR.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Yo envié plaga, moho y granizo para destruir todo aquello por lo que hicieron tanto esfuerzo para producir. Aun así, rehusaban regresar a mí, dice el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Yo eché a perder todo el trabajo de ustedes con el tizón, el pulgón y el granizo. Pero ninguno de ustedes se volvía a mí, dice Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Os herí con viento abrasador, añublo y granizo en toda obra de vuestras manos, pero ninguno de vosotros se volvió a mí, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Yo destruía con añublo, tizón y granizo todo el trabajo de vuestras manos, y no estaba con vosotros -oráculo de Yahveh-.

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Hageo 2:17
32 Referans Kwoze  

Y ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.


Y abriendo uno su saco para dar de comer a su asno, en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.


Y José era el señor de la tierra, que vendía el trigo a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro por tierra.


Cuando en la tierra hubiere hambre, o pestilencia; o hubiere tizoncillo, o niebla; o hubiere langosta, o pulgón; si sus enemigos los tuvieren cercados en la tierra de su domicilio; cualquier plaga o enfermedad que sea ;


Además el rey Acaz en el tiempo que aquél le apuraba, añadió prevaricación contra el SEÑOR;


Y si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere pestilencia; si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; o si los cercaren sus enemigos en la tierra de sus ciudades; o cualquier aflicción o enfermedad que sea;


Pero los hipócritas de corazón lo irritarán más, y no clamarán cuando él los atare.


Cuando comieres el trabajo de tus manos, dichoso tú, y tendrás bien.


Dio también al pulgón sus frutos, y sus trabajos a la langosta.


He aquí, el SEÑOR tiene uno valiente y fuerte que viene como turbión de granizo, y como torbellino trastornador; como ímpetu de recias aguas que salen de madre, con fuerza de mano derriba a tierra.


Y sus moradores, cortos de manos, quebrantados y avergonzados, serán como grama del campo y hortaliza verde; como hierba de los tejados, que antes de madurar se seca.


Por tanto, derramó sobre él el furor de su ira, y fortaleza de guerra; le puso fuego de todas partes, y se descuidó; y encendió en él, y no echó de ver.


Juró el SEÑOR por su mano derecha, y por el brazo de su fortaleza. Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que tú trabajaste.


Mas el pueblo no se convirtió al que lo hería, ni buscaron al SEÑOR de los ejércitos.


Confusión consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas.


Oh SEÑOR, ¿Por ventura no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir castigo; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron tornarse.


Yo también os di limpieza de dientes en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os tornasteis a mí, dijo el SEÑOR.


Y llamé la sequedad sobre esta tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce; y sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.


Sembr is mucho, y encerr is poco; coméis, y no os hart is; bebéis, y no os saci is; os vestís, y no os calent is; y el que anda a jornal recibe su jornal en saco roto.


Busc is mucho, y hall is poco; y encerr is en casa, y yo lo soplaré. ¿Por qué? Dijo el SEÑOR de los ejércitos. Por cuanto mi Casa est desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.


Antes que fuesen estas cosas , venían al montón de veinte efas , y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta c ntaros del lagar, y había veinte.


Y reprenderé por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni la vid en el campo os abortará, dijo el SEÑOR de los ejércitos.


El SEÑOR te herirá de tisis, y de fiebre, y de ardor, y de calor, y de cuchillo, y de calamidad repentina, y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.


Y le he dado tiempo para que se arrepienta de la fornicación; y no se ha arrepentido.


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