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Colosenses 3:4 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

4 Cuando se manifestare el Cristo, nuestra vida, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cuando Cristo —quien es la vida de ustedes— sea revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Cuando se manifieste el que es nuestra vida, también ustedes se verán con él en la gloria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Cuando el Mesías, vuestra vida, sea manifestado, entonces también vosotros seréis manifestados con Él en gloria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados juntamente con él, en gloria.

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Colosenses 3:4
36 Referans Kwoze  

Yo en justicia veré tu rostro; seré saciado cuando despertaré a tu semejanza.


Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás con gloria.


Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.


Como esto será el día que el Hijo del hombre se manifestará.


Le dice Jesús: YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.


Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.


Jesús le dice: YO SOY el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.


Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi claridad que me has dado; por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo.


Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.


y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos.


Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.


Porque la esperanza solícita de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios.


de tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación del Señor nuestro, Jesús, el Cristo;


se siembra en vergüenza, se levantará con gloria; se siembra en flaqueza, se levantará con potencia;


Porque nuestra tribulación, que al presente es momentáneo y leve, nos obra en sobremanera un alto y eterno peso de gloria;


Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.


el cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también sujetar a sí todas las cosas.


luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, y juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.


que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta que aparezca nuestro Señor Jesús, el Cristo,


Pablo, apóstol de Jesús, el Cristo, por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús,


Desde ahora, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que desean su venida.


esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesús, el Cristo.


así también el Cristo es ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; la segunda vez se manifestará para salud a los que sin pecado lo esperan.


Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesús, el Cristo, os es manifestado,


Y cuando apareciere el gran Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.


Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida.


Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere (en nosotros) , seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.


El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene vida.


A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin pecado, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría,


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios.


Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.


Bienaventurados los que hacen sus mandamientos, para que su potencia y potestad sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la Ciudad.


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