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Rut 2:9 - Dios Habla Hoy Versión Española

9 y luego síguelas a donde veas que los segadores están trabajando. Ya he ordenado a mis criados que nadie te moleste. Cuando tengas sed, ve a donde están las vasijas del agua y toma de la que ellos sacan.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Fíjate en qué parcela están cosechando y síguelas. Advertí a los hombres que no te traten mal. Y cuando tengas sed, sírvete del agua que hayan sacado del pozo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Quédate aquí y no te separes de los trabajadores. Síguelos a cualquier potrero donde vayan a segar. Yo les daré órdenes de que no te molesten. Y si tienes sed, no tienes más que acercarte a los cántaros donde tienen agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Fíjate en el campo que sieguen y síguelas; ¿No he mandado yo a los criados que no te molesten? Y cuando tengas sed, ve a los cántaros y bebe del agua que saquen los criados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Tú te fijas en el campo que se siega y te vas tras ellas. ¿No he mandado a los criados que no te molesten? Y cuando tengas sed, vete a los cántaros y bebe de lo que hayan sacado del pozo los jóvenes'.

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Rut 2:9
11 Referans Kwoze  

Dios le contestó en el sueño: “Yo sé muy bien que lo hiciste de buena fe. Por eso no te dejé tocarla, para que no pecaras contra mí.


Tened compasión de mí, amigos míos, porque Dios ha dejado caer su mano sobre mí.


El que se enreda con la mujer ajena, no quedará sin castigo.


Y cualquiera que dé aunque solo sea un vaso de agua fresca al más humilde de mis discípulos por ser mi discípulo, os aseguro que no quedará sin recompensa.”


Paso ahora a contestar las preguntas que me hicisteis en vuestra carta. Bueno sería que el hombre no se casara,


Sabemos que el que tiene a Dios como Padre no sigue pecando, porque el Hijo de Dios cuida de él y el maligno no le toca.


Rut, inclinándose hasta el suelo en señal de respeto, le preguntó a Booz: –¿Por qué te has fijado en mí y eres tan amable conmigo, siendo yo una extranjera?


Entonces Booz dijo a Rut: –Escucha, hija mía, no vayas a recoger espigas a ningún otro campo. Quédate aquí, con mis criadas,


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