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Mateo 22:3 - Dios Habla Hoy Versión Española

3 Envió a sus criados a llamar a los invitados, pero estos no quisieron acudir.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas estos no quisieron venir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus sirvientes para llamar a los invitados. ¡Pero todos se negaron a asistir!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 por lo que mandó a sus servidores a llamar a los invitados a la fiesta. Pero éstos no quisieron venir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y envió a sus siervos para llamar a los que habían sido invitados a la fiesta de bodas, y no querían venir.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Envió sus criados a llamar a los convidados al banquete, pero éstos no quisieron venir.

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Mateo 22:3
30 Referans Kwoze  

El Señor, el Dios Santo de Israel, dice: “Volved, quedad tranquilos y estaréis a salvo. En la tranquilidad y la confianza estará vuestra fuerza.” Pero vosotros no quisisteis,


Y a pesar de que una y otra vez el Señor os ha enviado sus siervos los profetas, vosotros no habéis hecho caso ni habéis querido prestar atención y obedecer.


Os he enviado, uno tras otro, a todos mis siervos los profetas, a deciros: Dejad vuestra mala conducta y vuestras malas acciones. No vayáis tras otros dioses ni les rindáis culto, y así podréis seguir viviendo en la tierra que os he dado a vosotros y a vuestros antepasados. Pero no habéis querido hacerme caso ni me habéis obedecido.


Pero cuanto más lo llamaba, más se apartaba de mí. Mi pueblo ofrecía sacrificios a los dioses falsos y quemaba incienso a los ídolos.


Mi pueblo persiste en estar alejado de mí; gritan hacia lo alto, pero nadie los ayuda.


¡Guardad silencio en presencia del Señor, porque el día del Señor está cerca! ¡El Señor ha dispuesto un sacrificio y ha consagrado a sus invitados!


Llegado el tiempo de la vendimia, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía.


“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no quisisteis!


En su proclamación decía: “¡Convertíos a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!”


Jesús les contestó: –¿Acaso pueden estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.


“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, pero no quisisteis!


Tanto irritó esto al hermano mayor, que no quería entrar; así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciese.


Y en cuanto a mis enemigos, a esos que no querían tenerme por rey, traedlos acá y matadlos en mi presencia.’ ”


Sin embargo, no queréis venir a mí para tener esa vida.


Pero al ver tanta gente, los judíos se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo y a insultarle.


Y refiriéndose a los israelitas dice Isaías: “Todo el día extendí mis manos a un pueblo desobediente y rebelde.”


Por eso, tened cuidado de no rechazar al que nos habla, pues no escaparon los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si volvemos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo.


Por eso, Jesucristo intervino con su muerte, a fin de unir a Dios y los hombres como mediador de un nuevo pacto o testamento, para que sean perdonados los pecados cometidos bajo el primer pacto y para que aquellos a quienes Dios ha llamado puedan recibir la herencia eterna que él les ha prometido.


El Espíritu Santo y la esposa del Cordero dicen: “¡Ven!” Y el que escuche, diga: “¡Ven!” Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome gratis del agua de la vida.


En cuanto lleguéis allí, buscadle, antes de que se vaya al santuario para la comida. La gente no comerá hasta que él llegue, pues él tiene que bendecir el sacrificio, después de lo cual comerán los invitados. Por eso, id ahora, porque en este momento le encontraréis.


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