Lucas 18:19 - Dios Habla Hoy Versión Española

¹⁹ Jesús le contestó: –¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁹ Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁹ —¿Por qué me llamas bueno? —le preguntó Jesús—. Solo Dios es verdaderamente bueno;

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁹ Jesús le dijo: '¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno, nadie más.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁹ Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno: Dios.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁹ Jesús le contestó: '¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno, Dios.

Lucas 18:19 Referans Kwoze

Job 14:4

Nadie puede sacar pureza de la impureza.

Job 25:4

¿Podrá, pues, un simple hombre ser puro e inocente frente a Dios?

Lucas 1:35

El ángel le contestó: –El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.

Lucas 11:13

Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!”

Lucas 18:18

Uno de los jefes preguntó a Jesús: –Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?

Lucas 18:20

Ya sabes los mandamientos: ‘No cometas adulterio, no mates, no robes, no mientas en perjuicio de nadie y honra a tu padre y a tu madre.’

1 Timoteo 3:16

Pues la verdad revelada de nuestra religión es, sin duda, algo muy grande: Cristo se manifestó en su condición de hombre, triunfó en su condición de espíritu y fue visto por los ángeles. Fue anunciado a las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria.

Hebreos 7:26

De modo que Jesús es precisamente el sumo sacerdote que necesitábamos. Él es santo, sin maldad y sin mancha, apartado de los pecadores y puesto más alto que el cielo.

Santiago 1:17

todo lo bueno y perfecto que se nos da, procede de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay cambios ni sombras.