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Levítico 5:7 - Dios Habla Hoy Versión Española

7 “Si no tiene lo suficiente para comprar un cordero, deberá llevar al Señor dos tórtolas o dos pichones por el pecado cometido: uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Y si no tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en expiación por su pecado que cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el otro para holocausto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 »Sin embargo, si no te alcanza para comprar una oveja, puedes llevarle al Señor dos tórtolas o dos pichones de paloma como castigo por tu pecado. Una de las aves será la ofrenda por el pecado, y la otra será la ofrenda quemada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Si a dicha persona no le alcanza para una res, ofrecerá a Yavé dos tórtolas o dos pichones, uno por el pecado y otro en holocausto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Pero si no dispone lo suficiente para ofrecer un cordero, entonces presentará por su culpa con la cual pecó, dos tórtolas o dos palominos para YHVH: uno como víctima por el pecado, y otro para holocausto,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Si no dispone de medios para procurarse una cabeza de ganado menor, llevará a Yahveh, como sacrificio de reparación por el pecado cometido, dos tórtolas o dos pichones, uno como sacrificio expiatorio y otro en holocausto,

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Levítico 5:7
24 Referans Kwoze  

“Cuando se cumpla el término de la purificación, sea por un niño o por una niña, la madre llevará a la entrada de la tienda del encuentro un cordero de un año para ofrecerlo en holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. Se los entregará al sacerdote,


Y si la madre no tiene lo suficiente para un cordero, podrá tomar dos tórtolas o dos pichones, uno para ofrecerlo en holocausto y otro como sacrificio por el pecado; entonces el sacerdote pedirá el perdón de ella, y quedará purificada.


Luego ofrecerá el sacerdote una de las tórtolas o uno de los pichones, según lo que haya podido ofrecer el que se purifica.


Una de las aves será como sacrificio por el pecado y la otra como holocausto, además de la ofrenda de cereales. Así el sacerdote obtendrá del Señor el perdón para el que se purifica.”


El sacerdote ofrecerá uno de ellos como sacrificio por el pecado y otro como holocausto. Así realizará el sacerdote ante el Señor la purificación de esa mujer por el flujo que tuvo,


“De parte de la comunidad israelita tomará Aarón dos chivos como sacrificio por el pecado, y un carnero para ofrecerlo en holocausto.


Y si la persona es demasiado pobre para pagar la contribución establecida, se llevará el caso al sacerdote, para que este fije una nueva contribución de acuerdo con las posibilidades del que hizo la promesa.


“Si no tiene ni siquiera para comprar dos tórtolas o dos pichones, deberá llevar como ofrenda por su pecado dos kilos de la mejor harina. No echará aceite ni pondrá incienso encima, porque es una ofrenda por el pecado.


“Los sacrificios por la culpa son una cosa santísima. Estas son las instrucciones relativas a ellos:


A los israelitas diles que tomen un chivo como sacrificio por el pecado, un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para ofrecerlos como holocausto,


“Diles esto a los israelitas: Cuando un hombre o una mujer es infiel al Señor y causa algún perjuicio a otra persona, comete un pecado,


El octavo día llevará al sacerdote dos tórtolas o dos pichones a la entrada de la tienda del encuentro.


El sacerdote ofrecerá uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto, y celebrará el rito para obtener el perdón por el pecado cometido al tocar el cadáver. Ese día volverá a consagrar su cabello al Señor,


“Ved que os envío como a ovejas en medio de lobos. Sed, pues, astutos como serpientes, aunque también sencillos como palomas.


Jesús entró en el templo y expulsó a todos los que allí estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.


Jesús, una vez bautizado, salió del agua. En esto el cielo se abrió, y Jesús vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él como una paloma.


Fueron, pues, a ofrecer en sacrificio lo que manda la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.


Porque si de veras alguien quiere dar algo, Dios le aceptará la ofrenda que él haya hecho según sus posibilidades. Dios no pide lo que uno no tiene.


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