Un día, Joás dijo a los sacerdotes: –Recoged todo el dinero de las ofrendas que se traigan al templo del Señor, tanto la cuota que debe pagar cada persona como el total de las ofrendas voluntarias que cada uno traiga al templo del Señor. Pedídselo a los administradores del tesoro, para que se hagan todas las reparaciones necesarias en el templo.
el sacerdote calculará con él el precio del terreno hasta el año de liberación, y él pagará ese mismo día la cantidad estimada como valor del terreno, y la consagrará al Señor.