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Levítico 24:9 - Dios Habla Hoy Versión Española

9 Es la parte que les corresponderá siempre a Aarón y a sus descendientes, los cuales comerán ese pan en un lugar santo, porque de las ofrendas que se queman en honor del Señor, esta es una de las más sagradas.”

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Los panes les pertenecerán a Aarón y a sus descendientes, quienes los comerán en un lugar sagrado, porque son sumamente santos. Los sacerdotes tendrán el derecho perpetuo de exigir esta porción de las ofrendas especiales presentadas al Señor».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Estos panes serán para Aarón y sus hijos, que los comerán en lugar sagrado. Y los tendrán por cosa muy santa entre todos los sacrificios por el fuego para Yavé. Es una ley para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y será para Aarón y sus hijos,° los cuales lo comerán en lugar sagrado, porque es cosa santísima para él, de las ofrendas ígneas a YHVH, por estatuto perpetuo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Serán para Aarón y sus hijos, quienes lo comerán en lugar santo, pues es cosa muy sagrada, tomada para ellos de los manjares pasados por el fuego en honor de Yahveh. Es una ley perpetua.'

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Levítico 24:9
17 Referans Kwoze  

Aarón y sus hijos se encargarán de preparar las lámparas, para que ardan delante del Señor toda la noche en la tienda del encuentro con Dios, fuera del velo que está junto al arca del pacto. Esta es una ley permanente para los israelitas y sus descendientes.


Después Moisés dijo a Aarón y a Eleazar e Itamar, los dos hijos que le quedaban a Aarón: –Tomad la ofrenda de cereales que ha quedado de las ofrendas quemadas al Señor, y comedla sin levadura junto al altar, porque es una cosa santísima.


–¿Por qué no comisteis el sacrificio por el pecado en un lugar sagrado? Es una cosa santísima, y el Señor os lo dio a vosotros para que carguéis con la culpa de la comunidad y obtengáis del Señor el perdón de sus pecados.


Podrá comer de ese pan y de las cosas santas y santísimas,


Entre los israelitas había un hombre nacido de madre israelita y padre egipcio. Su madre se llamaba Selomit, y era hija de Dibrí, de la tribu de Dan. Este hombre y un israelita tuvieron una discusión en el campamento, durante la cual el hijo de madre israelita ofendió y maldijo el nombre del Señor. Entonces lo llevaron ante Moisés,


“Esta es una ley permanente que pasará de padres a hijos, dondequiera que viváis: no comáis nada de grasa ni de sangre.”


Después se cambiará de ropa y se llevará las cenizas a un lugar limpio fuera del campamento.


Y la parte restante de la ofrenda se la comerán Aarón y sus hijos, sin levadura y en un lugar consagrado, en el atrio de la tienda del encuentro.


“Dales a Aarón y a sus hijos las siguientes instrucciones relativas a los holocaustos: El animal sacrificado deberá dejarse sobre las brasas del altar durante toda la noche, para que el fuego lo queme.


y reúne a toda la comunidad a la entrada de la tienda del encuentro.”


Después Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Coced la carne a la entrada de la tienda del encuentro, y comedla allí mismo con el pan del canastillo de las consagraciones, tal como el Señor me lo ordenó cuando dijo: ‘Aarón y sus hijos comerán esta carne.’


En cambio, vosotros me ofendéis, porque pensáis que mi altar, que es mi mesa, puede ser despreciado, y que es despreciable la comida que hay en él.


Entró en la casa de Dios y comió los panes consagrados, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes.


Siendo Abiatar sumo sacerdote, David entró en la casa de Dios y comió los panes consagrados, que solamente a los sacerdotes les estaba permitido comer. Además dio a los que iban con él.


Entró en la casa de Dios y tomó los panes consagrados, comió de ellos y dio también a sus compañeros, a pesar de que solamente a los sacerdotes les estaba permitido comer de aquel pan.


Entonces el sacerdote le entregó el pan consagrado, pues allí no había más que los panes que se consagran al Señor y que aquel mismo día se habían quitado del altar para sustituirlos por pan caliente.


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