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Levítico 22:10 - Dios Habla Hoy Versión Española

10 “Ningún extraño al sacerdocio podrá comer de lo que es sagrado. “Ni el huésped del sacerdote ni el que trabaje para él podrán comer de lo que es sagrado.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Ningún extraño comerá cosa sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán cosa sagrada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »A nadie fuera de la familia del sacerdote se le permite comer de las ofrendas sagradas. Ni siquiera los huéspedes ni los obreros contratados en el hogar del sacerdote podrán comerlas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ningún extraño comerá de las cosas sagradas; el que viva en casa del sacerdote o que trabaje a su servicio, no comerá de las cosas sagradas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Ningún extraño° comerá de lo santo. Ni el huésped del sacerdote ni el jornalero podrán comer de lo santo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Ningún extraño comerá cosa sagrada; ni el que habita en la casa del sacerdote ni el asalariado la comerán.

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Levítico 22:10
11 Referans Kwoze  

Además, el gobernador les ordenó que no comieran de los alimentos consagrados hasta que un sacerdote decidiera la cuestión por medio del Urim y el Tumim.


El Señor dijo a Moisés y Aarón: “Esta es la ley para la Pascua: Ningún extranjero podrá comer del animal sacrificado,


Ningún extranjero, ya sea que esté de paso o que viva como asalariado, podrá comer del animal,


Los comerán porque fueron ofrecidos para obtener el perdón de sus pecados, cuando fueron consagrados y recibieron plena autoridad como sacerdotes. Pero ningún extraño comerá de estas cosas, porque son sagradas.


Y no habéis cumplido mis ritos sagrados, sino que los habéis puesto en manos de extranjeros.’


Podrá comer de ese pan y de las cosas santas y santísimas,


Pero si es viuda o divorciada, y no tiene hijos, y vuelve a la casa de su padre como cuando era soltera, podrá comer de los alimentos de su padre. Por lo demás, ningún extraño al sacerdocio podrá comerlos.


y deja en manos de Aarón y sus descendientes las funciones del sacerdocio. Si alguien oficia como sacerdote, sin serlo, será condenado a muerte.”


Entró en la casa de Dios y comió los panes consagrados, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes.


Entonces el sacerdote le entregó el pan consagrado, pues allí no había más que los panes que se consagran al Señor y que aquel mismo día se habían quitado del altar para sustituirlos por pan caliente.


En aquella ocasión estaba allí uno de los oficiales de Saúl, que había tenido que quedarse en el santuario. Era un edomita llamado Doeg, jefe de los pastores de Saúl.


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