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Levítico 15:21 - Dios Habla Hoy Versión Española

21 “Cualquiera que toque el lugar donde ella se haya acostado, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Si alguien llega a tocar la cama de la mujer, tendrá que lavar su ropa y bañarse con agua, y permanecerá impuro hasta el anochecer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Quien toque su cama deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y permanecerá impuro hasta la tarde.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Cualquiera que toque el lecho de ella, lavará sus vestidos, se bañará en agua y quedará impuro hasta la tarde.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Quien toque su cama, lavará sus vestidos, se bañará y será impuro hasta la tarde.

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Levítico 15:21
9 Referans Kwoze  

Y el Señor todopoderoso se me apareció y me aseguró al oído: “No voy a perdonaros este pecado; antes de eso, moriréis.” Son palabras del Señor todopoderoso.


“En los siguientes casos quedaréis impuros: “Cualquiera que toque el cadáver de uno de esos animales, quedará impuro hasta el anochecer.


“Cualquier cosa sobre la que ella se acueste durante su periodo de menstruación, será considerada impura. “Cualquier cosa sobre la que se siente, será considerada impura.


“Cualquiera que toque algún objeto sobre el que ella se haya sentado, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer.


Todo lo que sea tocado por una persona impura, quedará impuro; y el que toque a una persona impura, quedará también impuro hasta la tarde.”


Queridos hermanos, estas son las promesas que tenemos. Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos ya sea el cuerpo o el espíritu. Y en el temor de Dios debemos consagrarnos completamente a él.


Si ese fuera el caso, Cristo habría tenido que morir muchas veces desde la creación del mundo. Pero no es así. Ahora, al final de los tiempos, Cristo ha aparecido una sola vez y para siempre, ofreciéndose a sí mismo en sacrificio para quitar el pecado.


“Tú lo sabes, Señor”, le contesté. Y él me dijo: “Estos son los que han pasado por la gran aflicción, los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero.


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