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Levítico 1:14 - Dios Habla Hoy Versión Española

14 “Si el animal que ofrece en holocausto en honor del Señor es un ave, tendrá que ser una tórtola o un pichón.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Si la ofrenda para Jehová fuere holocausto de aves, presentará su ofrenda de tórtolas, o de palominos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 »Si ofreces un ave como ofrenda quemada al Señor, elegirás una tórtola o un pichón de paloma.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Si se ofrece a Yavé un holocausto de aves, presentarán tórtolas o pichones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y si su ofrenda a YHVH consiste en un holocausto de ave, presentará como ofrenda suya unas tórtolas o pichones.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Si la ofrenda a Yahveh es un holocausto de aves, ofrecerá tórtolas o pichones.

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Levítico 1:14
10 Referans Kwoze  

Y Dios le dijo: –Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón.


Y si la madre no tiene lo suficiente para un cordero, podrá tomar dos tórtolas o dos pichones, uno para ofrecerlo en holocausto y otro como sacrificio por el pecado; entonces el sacerdote pedirá el perdón de ella, y quedará purificada.


Con el segundo hará un holocausto, según lo establecido; así el sacerdote obtendrá el perdón del pecado cometido por esa persona, y el pecado le será perdonado.


“Si no tiene ni siquiera para comprar dos tórtolas o dos pichones, deberá llevar como ofrenda por su pecado dos kilos de la mejor harina. No echará aceite ni pondrá incienso encima, porque es una ofrenda por el pecado.


“Si no tiene lo suficiente para comprar un cordero, deberá llevar al Señor dos tórtolas o dos pichones por el pecado cometido: uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto.


Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso.


Jesús entró en el templo y expulsó a todos los que allí estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.


Fueron, pues, a ofrecer en sacrificio lo que manda la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.


Porque si de veras alguien quiere dar algo, Dios le aceptará la ofrenda que él haya hecho según sus posibilidades. Dios no pide lo que uno no tiene.


De modo que Jesús es precisamente el sumo sacerdote que necesitábamos. Él es santo, sin maldad y sin mancha, apartado de los pecadores y puesto más alto que el cielo.


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