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Jueces 14:3 - Dios Habla Hoy Versión Española

3 Pero sus padres le dijeron: –¿Para qué tienes que ir a buscar esposa entre esos filisteos paganos? ¿Acaso no hay mujeres entre nuestros parientes o entre todos los israelitas? Sansón respondió: –Esa muchacha es la que me gusta, y es la que quiero que me consigáis como esposa.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame esta por mujer, porque ella me agrada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pero su padre y su madre se opusieron. —¿Acaso no hay una sola mujer de nuestra tribu o entre todas las israelitas con la que puedas casarte? —preguntaron—. ¿Por qué tienes que ir a los filisteos paganos a buscar una esposa? Sin embargo, Sansón le dijo a su padre: —¡Consíguemela! A mí me gusta ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Su padre y su madre le dijeron: '¿Acaso no hay suficientes jóvenes en nuestro clan y en todo nuestro pueblo para que vayas a buscarte una entre los incircuncisos, entre los filisteos?' Pero Sansón respondió a su padre 'Consíguemela porque me gusta'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que tomes mujer de filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: ¡Tómamela por mujer, porque es agradable a mis ojos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Su padre y madre le dijeron: '¿No hay una mujer entre las hijas de tu parentela y en todo el pueblo, para que vayas a tomar mujer entre los filisteos incircuncisos?'. Pero Sansón dijo a su padre: 'Tómamela, porque ésa me gusta'.

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Jueces 14:3
15 Referans Kwoze  

Así que un día Abram dijo a Lot: “Tú y yo somos parientes, y no está bien que haya disgustos entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos.


Entonces Abraham tomó ovejas y vacas, y se las dio a Abimélec; y aquel mismo día, los dos hicieron un trato.


Les dijeron: –No podemos dar nuestra hermana a un hombre que no está circuncidado, porque eso sería una vergüenza para nosotros.


No lo anunciéis en Gat ni lo contéis en las calles de Ascalón, para que no se alegren las mujeres filisteas, para que no salten de gozo esas paganas.


Porque quiero que sepáis esto: que si os apartáis de Dios y os mezcláis con esta gente que ha quedado entre vosotros, y hacéis matrimonios entre unos y otros, el Señor vuestro Dios no echará a estos pueblos de vuestra presencia, sino que los usará como red y trampa para que vosotros caigáis, y como látigo sobre vuestras espaldas, y como espinas en vuestros ojos, hasta que no quede ni uno solo de vosotros en esta tierra tan buena que el Señor vuestro Dios os ha dado.


y cuando regresó a casa se lo contó a sus padres. Les dijo: –Por favor, quiero que hagáis todos los arreglos para casarme con una mujer filistea que vi en Timnat.


Y como Sansón tenía muchísima sed, llamó al Señor y le dijo: “¿Cómo es posible que me hayas dado esta victoria tan grande, para ahora dejarme morir de sed y en manos de estos paganos?”


Y Jonatán dijo a su ayudante: –Anda, vamos al otro lado, hasta donde se encuentra el destacamento de esos paganos. Quizá el Señor haga algo por nosotros, ya que para él no es difícil darnos la victoria con mucha gente o con poca.


Entonces David preguntó a los que estaban a su lado: –¿Qué darán al hombre que mate a ese filisteo y borre esta ofensa de Israel? Porque, ¿quién es ese filisteo pagano para desafiar así al ejército del Dios viviente?


Ya fuera un león o un oso, este servidor de Su Majestad lo mataba. Y a ese filisteo pagano le va a pasar lo mismo, porque ha desafiado al ejército del Dios viviente.


Entonces dijo a su ayudante de armas: –Saca tu espada y atraviésame con ella, para que no vengan esos paganos y sean ellos quienes me maten y se diviertan conmigo. Pero su ayudante no quiso hacerlo, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó su espada y se dejó caer sobre ella.


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