Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele de todo corazón y con buena disposición, porque el Señor examina todas las conciencias y distingue cualquier intención y pensamiento. Así que, si tú le buscas, él permitirá que le encuentres; pero si te apartas de él, te rechazará de una vez para siempre.
Entonces el profeta Semaías se presentó a Roboam y a los jefes de Judá que se habían reunido en Jerusalén ante el avance de Sisac, y les dijo: –El Señor dice que vosotros le habéis abandonado, y que por eso él os abandona ahora en manos de Sisac.
salió al encuentro de Asá para decirle: “¡Escuchadme todos, Asá, los de Judá y los de Benjamín! El Señor estará con vosotros, si vosotros estáis con él. Si le buscáis, le encontraréis; pero si le abandonáis, él también os abandonará.
Sin embargo, Edom logró hacerse independiente de Judá hasta el día de hoy. También en aquel tiempo se hizo independiente la ciudad de Libná, porque Joram había abandonado al Señor, Dios de sus antepasados.
“Mi pueblo ha cometido un doble pecado: me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron sus propias cisternas, pozos agrietados que no conservan el agua.
Tu propia maldad te castigará, tu infidelidad te condenará. Piensa y verás cuán malo y amargo ha sido que me abandones y que no me hayas honrado, a mí, que soy el Señor tu Dios. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.
Dejaron al Señor, el Dios de sus antepasados que los había sacado de Egipto, y se entregaron a adorar a los dioses de la gente que vivía alrededor, provocando así la ira del Señor.
Pero cuando el caudillo moría, ellos volvían a corromperse y se hacían peores que sus padres, sirviendo y adorando a otros dioses. No abandonaban sus malas prácticas ni su terca conducta.