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Juan 15:16 - Dios Habla Hoy Versión Española

16 Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os he escogido a vosotros y os he encargado que vayáis y deis mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre.

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Biblia Reina Valera 1960

16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos, así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que Yo os elegí y os puse para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 No me habéis elegido vosotros, sino que yo os elegí, y os he puesto para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto sea permanente; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

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Juan 15:16
57 Referans Kwoze  

ya que él va a ser el padre de una nación grande y fuerte. Le he prometido bendecir por medio de él a todas las naciones del mundo.


La justicia da vida; la violencia la quita.


En el futuro, el pueblo de Jacob echará raíces; Israel retoñará, florecerá y llenará el mundo con sus frutos.


Entonces, en medio de muchos pueblos, los que queden del pueblo de Jacob serán como el rocío que envía el Señor, como las lluvias que caen sobre la hierba sin depender de la voluntad del hombre.


Y todo lo que al orar pidáis con fe, lo recibiréis.


“Pedid y Dios os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá.


Cuando se hizo de día, reunió a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales llamó apóstoles.


“No me estoy refiriendo a todos vosotros: yo sé a quiénes he escogido. Pero tiene que cumplirse lo que dice la Escritura: ‘El que come conmigo se ha vuelto contra mí.’


Si fuerais del mundo, la gente del mundo os amaría como ama a los suyos. Pero yo os escogí de entre los que son del mundo, y por eso el mundo os odia, porque ya no sois del mundo.


“Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer.


Jesús les contestó: –¿No os he escogido yo a los doce? Sin embargo, uno de vosotros es un diablo.


Y oraron así: “Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos has escogido


pero cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis poder y saldréis a dar testimonio de mí en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y hasta en las partes más lejanas de la tierra.


No se apareció a todo el pueblo, sino a nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como testigos. Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó,


Luego añadió: ‘El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad y para que veas al que es justo y oigas su voz de sus propios labios.


Pero el Señor le dijo: “Ve, porque he escogido a ese hombre para que hable de mí a gentes de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas.


Quiero que sepáis, hermanos, que muchas veces me he propuesto ir a veros, pero hasta ahora siempre se me han presentado obstáculos. Mi deseo es recoger alguna cosecha espiritual entre vosotros, como la he recogido entre las otras naciones.


Por medio de Jesucristo, Dios me ha concedido el privilegio de ser su apóstol, para que en todas las naciones haya quienes crean en él y le obedezcan.


Todo lo que dicen las Escrituras fue escrito para nuestra instrucción, para que con constancia y con el consuelo que de ellas recibimos mantengamos la esperanza.


El alfarero tiene el poder de hacer lo que quiera con el barro, y de un mismo barro puede hacer una vasija para uso especial y otra para uso común.


Todo esto les sucedió a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros, y fue puesto en las Escrituras como una advertencia para los que vivimos en estos tiempos últimos.


Pero Dios me escogió desde antes de nacer, y por su mucho amor me llamó. Cuando quiso,


pues Dios es quien nos ha hecho, quien nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, según lo que había dispuesto de antemano.


Pero para esto debéis permanecer firmemente fundados en la fe, sin apartaros de la esperanza contenida en el mensaje del evangelio que oísteis. Este es el mensaje que se ha anunciado por todas partes en el mundo, y que yo, Pablo, ayudo a predicar.


Este mensaje que os fue predicado está creciendo y dando fruto en todo el mundo, igual que ha sucedido entre vosotros desde que oísteis hablar del amor de Dios y supisteis que ese amor es verdadero.


Por esto he sido nombrado mensajero y apóstol, y se me ha encargado que enseñe la fe y la verdad a los no judíos. Lo que digo es cierto, no miento.


Dios me ha encargado que anuncie este mensaje, y me ha enviado como apóstol y maestro.


Y lo que me has oído decir delante de muchos testigos, encárgaselo a hombres de confianza que sean capaces de enseñárselo a otros.


Cuando te dejé en la isla de Creta, lo hice para que arreglases lo que quedaba por arreglar, y para que en cada pueblo nombrases ancianos de la iglesia, de acuerdo con lo que te encargué.


Por fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el de Caín, y por eso Dios le declaró justo y aceptó sus ofrendas. Así que, aunque Abel está muerto, sigue hablando por medio de su fe.


Y los que procuran la paz, siembran en paz para recoger como fruto la justicia.


sino honrad a Cristo, como Señor, en vuestros corazones. Estad siempre preparados para responder a cualquiera que os pida razón de la esperanza que tenéis,


al ver vuestra conducta pura y respetuosa.


El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.


Nosotros amamos porque él nos amó primero.


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