Juan 12:48 - Dios Habla Hoy Versión Española

⁴⁸ El que me desprecia y no hace caso de mis palabras, ya tiene quien le condene: las palabras que he dicho le condenarán el día último.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴⁸ El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴⁸ Pero todos los que me rechazan a mí y rechazan mi mensaje serán juzgados el día del juicio por la verdad que yo he hablado.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴⁸ El que me rechaza y no recibe mi palabra ya tiene quien lo juzgue: la misma palabra que yo he hablado lo condenará el último día.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴⁸ El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue: La palabra que hablé, ella lo juzgará en el día postrero.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴⁸ El que me rechaza y no recibe mis palabras tiene ya quien lo condene: la palabra que yo he anunciado, ésa lo condenará en el último día.

Juan 12:48 Referans Kwoze

Isaías 53:3

los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no le tuvimos en cuenta.

Mateo 10:15

Os aseguro que en el día del juicio el castigo de ese pueblo será más duro que el de los habitantes de la región de Sodoma y Gomorra.

Mateo 21:42

Jesús les dijo: –¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?: ‘La piedra que despreciaron los constructores es ahora la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor y nosotros estamos maravillados.’

Mateo 25:31

“Cuando venga el Hijo del hombre rodeado de esplendor y de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.

Marcos 12:10

“¿No habéis leído lo que dicen las Escrituras?: ‘La piedra que despreciaron los constructores es ahora la piedra principal.

Marcos 16:16

El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado.

Marcos 8:31

Comenzó Jesús a enseñarles que el Hijo del hombre tenía que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días.

Lucas 10:16

“El que os escucha a vosotros me escucha a mí, y el que os rechaza a vosotros me rechaza a mí; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.”

Lucas 17:25

Pero primero tiene que sufrir mucho y ser rechazado por la gente de este tiempo.

Lucas 20:17

Pero Jesús los miró y dijo: –Entonces ¿qué significa esto que dicen las Escrituras: ‘La piedra que despreciaron los constructores es ahora la piedra principal’?

Lucas 7:30

pero los fariseos y los maestros de la ley no se hicieron bautizar por Juan, y de ese modo despreciaron lo que Dios había querido hacer en favor de ellos.

Lucas 9:22

Les decía Jesús: –El Hijo del hombre tendrá que sufrir mucho, y será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al tercer día resucitará.

Lucas 9:26

Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con su gloria y con la gloria de su Padre y de los santos ángeles.

Juan 11:24

Marta le dijo: –Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último.

Juan 5:45

No creáis que yo os voy a acusar delante de mi Padre. El que os acusa es Moisés mismo, en quien habéis puesto vuestra esperanza.

Juan 6:39

Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite el día último.

Juan 8:47

El que es de Dios escucha las palabras de Dios, pero vosotros no queréis escuchar porque no sois de Dios.

Hechos 17:31

Porque Dios ha fijado un día en el cual juzgará al mundo con justicia, y lo hará por medio de un hombre que él escogió y al que aprobó delante de todos resucitándolo de la muerte.”

Hechos 3:23

porque todo aquel que no haga caso a ese profeta será eliminado del pueblo.’

Romanos 2:16

el día en que Dios juzgue los secretos de todos por medio de Cristo Jesús, conforme al evangelio que yo predico.

2 Corintios 4:3

Y si el mensaje de salvación que predicamos es oscuro, lo es solamente para los que se pierden.

2 Tesalonicenses 1:8

cuando venga del cielo entre llamas de fuego para castigar a quienes no reconocen a Dios ni hacen caso al evangelio de nuestro Señor Jesús.

Hebreos 10:25

No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.

Hebreos 12:25

Por eso, tened cuidado de no rechazar al que nos habla, pues no escaparon los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si volvemos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo.

Hebreos 2:3

¿Cómo, pues, escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Pues el mismo Señor anunció primero esta salvación, que después confirmaron entre nosotros los que oyeron el mensaje.

Hebreos 4:12

La palabra de Dios tiene vida y poder. Es más aguda que cualquier espada de dos filos; penetra hasta lo más íntimo de la persona, y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón.

1 Pedro 1:5

Por la fe que tenéis en Dios, él os protege con su poder para que alcancéis la salvación que tiene preparada y que dará a conocer en los tiempos últimos.

2 Pedro 3:3

Sobre todo tened esto presente: que en los días últimos vendrá gente que vivirá de acuerdo con sus propios malos deseos y que, en son de burla,

2 Pedro 3:7

Pero los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego por el mismo mandato de Dios. Ese fuego los quemará en el día del juicio y de la perdición de los malos.

1 Samuel 10:19

Pero ahora vosotros despreciáis a vuestro Dios, que os ha librado de todos vuestros apuros y aflicciones, y lo habéis rechazado al pedir que os ponga un rey que os gobierne. Por lo tanto, presentaos ahora delante del Señor por tribus y por clanes.

1 Samuel 8:7

pero el Señor le respondió: “Atiende cualquier petición que el pueblo te haga, pues no es a ti a quien rechazan, sino a mí, para que yo no reine sobre ellos.