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Juan 1:19 - Dios Habla Hoy Versión Española

19 Los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a Juan, a preguntarle quién era.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Este fue el testimonio que dio Juan cuando los líderes judíos enviaron sacerdotes y ayudantes del templo desde Jerusalén para preguntarle: —¿Quién eres?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: '¿Quién eres tú?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron desde Jerusalem unos sacerdotes y levitas, para que le preguntaran: ¿Tú quién eres?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?'.

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Juan 1:19
27 Referans Kwoze  

como testigo, para que diera testimonio de la luz y para que todos creyesen por medio de él.


Los judíos le rodearon y le preguntaron: –¿Hasta cuándo nos vas a tener en dudas? Si tú eres el Mesías, dínoslo de una vez.


Los judíos volvieron a coger piedras para tirárselas,


y muchos judíos habían ido a visitar a Marta y María, para consolarlas por la muerte de su hermano.


Los judíos le preguntaron: –¿Qué prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así?


Le dijeron los judíos: –Cuarenta y seis años tardaron en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?


los judíos dijeron al que había sido sanado: –Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla.


El hombre se fue y dijo a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud.


Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.


Por eso los judíos tenían aún más ganas de matarle, porque no solo no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre.


Por eso los judíos comenzaron a murmurar de Jesús, porque había dicho: “Yo soy el pan que ha bajado del cielo.”


Los judíos se pusieron a discutir unos con otros: –¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo?


Algún tiempo después andaba Jesús por la región de Galilea, pues no quería seguir en Judea porque los judíos lo buscaban para matarlo.


Los judíos le buscaban durante la fiesta, y decían: –¿Dónde estará ese hombre?


Los judíos, admirados, decían: –¿Cómo sabe este tantas cosas sin haber estudiado?


Los judíos decían: –¿Acaso estará pensando en matarse y por eso dice que no podemos ir a donde él va?


Los judíos dijeron a Jesús: –Tenemos razón cuando afirmamos que eres un samaritano y que tienes un demonio.


Los judíos le dijeron: –Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham y todos los profetas murieron, y tú dices: ‘Quien hace caso a mi palabra no morirá.’


Los judíos preguntaron a Jesús: –Si todavía no tienes cincuenta años, ¿cómo dices que has visto a Abraham?


Y cuando ya Juan se iba acercando al fin de su vida, decía: ‘Yo no soy el que vosotros pensáis, pero después de mí viene uno de quien ni siquiera soy digno de desatar las sandalias de los pies.’


–Sí –les dijo Pablo–, Juan bautizaba a los que se convertían a Dios, pero les decía que creyeran en el que vendría después de él, es decir, en Jesús.


“En caso de lepra, cumplid fielmente todas las instrucciones que os den los sacerdotes levitas. Debéis hacerlo todo tal y como yo os lo he ordenado.


Este es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad.


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