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Juan 1:18 - Dios Habla Hoy Versión Española

18 Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, nos lo ha dado a conocer.

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Biblia Reina Valera 1960

18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Nadie ha visto a Dios jamás, pero Dios-Hijo único nos lo dio a conocer; él está en el seno del Padre y nos lo dio a conocer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Nadie ha visto jamás a Dios; el Unigénito Dios,° que está en el seno del Padre, Él lo reveló.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, Dios, el que está en el seno del Padre, él es quien lo dio a conocer.

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Juan 1:18
41 Referans Kwoze  

Como Agar había hablado con el Señor, le llamó “el Dios que ve”, pues se decía: “Dios me ha visto, y todavía estoy viva.”


Cuando el Señor terminó de hablar con Abraham, se fue de allí; y Abraham regresó a su tienda de campaña.


No te alejes de él; obedécele y no le seas rebelde, porque él actúa en mi nombre y no perdonará vuestros pecados.


Allí vieron al Dios de Israel: bajo sus pies había algo brillante como un suelo de zafiro y claro como el mismo cielo.


allí estaba yo, fielmente, a su lado. Yo era su constante fuente de alegría, y jugueteaba en su presencia a todas horas;


Viene como un pastor que cuida su rebaño; levanta los corderos en sus brazos, los lleva junto al pecho y atiende con cuidado a las recién paridas.


Decían los niños a sus madres: “¡Ya no tenemos pan ni vino!”, y caían como heridos de muerte por las calles de la ciudad, exhalando el último suspiro en brazos de sus madres.


y con él hablo cara a cara y en un lenguaje claro. Y si él me ve cara a cara, ¿cómo os atrevéis vosotros a hablar mal de él?”


“Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer.


“Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer.”


Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros lleno de amor y de verdad. Y hemos visto su gloria, la gloria que como Hijo único recibió del Padre.


Isaías dijo esto porque había visto la gloria de Jesús y hablaba de él.


Uno de sus discípulos, al que Jesús quería mucho, estaba cenando junto a él,


Jesús le contestó: –Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y todavía no me conoces? El que me ve a mí ve al Padre: ¿por qué me pides que os deje ver al Padre?


Les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor que me tienes esté en ellos, y yo mismo esté en ellos.”


“A los que del mundo escogiste para confiármelos, les he hecho saber quién eres. Eran tuyos, y tú me los confiaste y han hecho caso a tu palabra.


Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y somos testigos de lo que hemos visto; pero no creéis lo que os decimos.


“No es que alguien haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que ha venido de Dios.


Pues como ellos no creen, el dios de este mundo les ha cegado el entendimiento para que no vean la brillante luz del evangelio del Cristo glorioso, imagen viva de Dios.


Entonces el Señor os habló de en medio del fuego, y oísteis sus palabras; pero, aparte de oir su voz, no visteis ninguna figura.


Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito, anterior a todo lo creado.


¡Honor y gloria por siempre al Rey eterno, al inmortal, invisible y único Dios! Amén.


Es el único inmortal, que vive en una luz a la que nadie puede acercarse. Ningún hombre lo ha visto ni lo puede ver. ¡Suyos sean para siempre el honor y el poder! Amén.


Un día, estando Josué cerca de Jericó, vio delante de sí a un hombre con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó: –¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?


A Dios nunca lo ha visto nadie; pero si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y su amor se hace realidad en nosotros.


El que dice: “Yo amo a Dios”, pero al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues quien no ama a su hermano, al que ve, tampoco puede amar a Dios, al que no ve.


Dios ha mostrado su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él.


Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero. Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.


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