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Jeremías 8:5 - Dios Habla Hoy Versión Española

5 Entonces, Israel, ¿por qué me traicionaste? ¿Por qué, Jerusalén, renegaste de mí para siempre? ¿Por qué te empeñas en ser rebelde y no quieres volver?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 ¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, y no han querido volverse.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Entonces, ¿por qué esta gente continúa en su camino de autodestrucción? ¿Por qué los habitantes de Jerusalén rehúsan regresar? Se aferran a sus mentiras y se niegan a volver.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pues, ¿por qué este pueblo sigue en su rebeldía, sin querer ceder? Se aferran fuertemente a la mentira y se niegan a convertirse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¿Por qué apostata este pueblo? ¿Es Jerusalem apóstata perpetua? Se aferran al engaño, rehúsan volver.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Pues, ¿por qué este pueblo sigue apostatando? ¿Será Jerusalén una apostasía continua? Se aferran a la mentira, no quieren convertirse.

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Jeremías 8:5
26 Referans Kwoze  

Aférrate a la instrucción y no la descuides; ponla en práctica, pues es vida para ti.


pero si insistís en ser rebeldes, moriréis sin remedio en la guerra.” El Señor mismo lo ha dicho.


A los videntes dicen: “No tengáis visiones”, y a los profetas: “No nos contéis revelaciones verdaderas, sino habladnos palabras suaves y no nos quitéis nuestras ilusiones.


Verdaderamente, es como comer ceniza. Es dejarse engañar por ideas falsas. Esas personas no podrán salvarse, pues no son capaces de entender que lo que tienen en sus manos es pura mentira.


¡Señor, aunque nuestros pecados nos acusan, actúa por el honor de tu nombre! Muchas veces te hemos sido infieles, hemos pecado contra ti.


¿Puede olvidarse una mujer de sus joyas y sus adornos de novia? Mi pueblo, sin embargo, hace mucho que se olvidó de mí.


¿vas a estar siempre enojado?, ¿te va a durar la ira para siempre?’ Y mientras decías esto, hacías todo el mal que podías.”


Llenan sus casas de objetos robados como se llenan de pájaros las jaulas. Así se hicieron poderosos y ricos,


Señor, lo que tú buscas es gente sincera. Los castigaste, pero no les dolió; los arruinaste, pero no quisieron aprender. Tercos, más duros que la piedra, no quisieron volver al buen camino.


Por eso saldrán leones de la selva y los matarán, los lobos del desierto los despedazarán, los leopardos los atacarán junto a sus ciudades y los harán pedazos cuando salgan; porque han cometido muchos pecados, numerosas traiciones.


El Señor puso centinelas, y le dijo al pueblo: “Prestad atención a la señal de alarma.” Pero el pueblo dijo: “No queremos hacer caso.”


Escucha, tierra: Voy a traer sobre este pueblo una desgracia que es consecuencia de sus planes malvados; porque no hicieron caso de mis palabras, sino que despreciaron mi ley.


de cambiar. El Señor afirma: “¡Atropello tras atropello, falsedad tras falsedad! Mi pueblo no quiere reconocerme.


Todo Israel desobedeció tus enseñanzas y se negó a obedecer tus órdenes; por eso han caído sobre nosotros la maldición y el juramento que están escritos en la ley de Moisés, tu siervo, porque hemos pecado contra ti.


pero no quisieron volverse a mí. Por eso tendrán que regresar a Egipto, y Asiria reinará sobre ellos.


Mi pueblo persiste en estar alejado de mí; gritan hacia lo alto, pero nadie los ayuda.


¡Y todavía siguen pecando! Funden su plata y se hacen ídolos según se les ocurre y a gusto de los artesanos. Luego dicen: “¡Ofrecedles sacrificios!”, y la gente besa ídolos que tienen forma de becerro.


Israel es rebelde como una novilla arisca; y así, ¿los cuidará el Señor en hermosos pastizales, lo mismo que si fueran corderitos?


Pero el pueblo se negó a obedecer. Todos volvieron la espalda y se hicieron los sordos.


Sin embargo, no queréis venir a mí para tener esa vida.


Sometedlo todo a prueba y retened lo bueno.


Por eso, tened cuidado de no rechazar al que nos habla, pues no escaparon los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si volvemos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo.


Pero conservad lo que tenéis, hasta que yo venga.


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