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Jeremías 51:8 - Dios Habla Hoy Versión Española

8 pero, de pronto, cayó Babilonia hecha pedazos. ¡Echaos a llorar por ella! Traed remedios para sus heridas, a ver si se cura.”

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Pero repentinamente, cayó también Babilonia. Lloren por ella. Denle medicina; quizá todavía pueda sanarse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 De repente ha caído Babilonia y se ha hecho pedazos; ¡lloren por ella! Vayan a buscar pomada para su mal, a lo mejor se cura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 ¡Cayó de repente Babilonia y se hizo pedazos! ¡Gemid por ella, tomad bálsamo para su herida, Por si acaso pueda sanar!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Cayó de repente Babel y se rompió, gemid por ella; buscad bálsamo para su dolor, a ver si se cura.

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Jeremías 51:8
20 Referans Kwoze  

Y veo venir un carro tirado por un par de caballos.” Alguien dijo entonces: “¡Cayó, cayó Babilonia! Todas las estatuas de sus dioses quedaron por el suelo hechas pedazos.”


Pero va a venir la desgracia sobre ti y no podrás impedirlo con tu magia. Caerá sobre ti un desastre que no podrás evitar; una calamidad que no esperabas vendrá de pronto sobre ti.


De repente, en un mismo día, te vendrán ambas desgracias: quedarás viuda y sin hijos, a pesar de tus muchas brujerías y tus incontables magias.


“¡Pueblo de Egipto, ve a Galaad en busca de medicinas! ¡Aunque por más remedios que pongas, de nada te servirán, pues no hay remedio para ti!


Moab está humillado, lleno de terror. ¡Llorad de dolor por él! ¡Anunciad en el río Arnón que Moab ha sido destruido!”


Por eso lloraré y me lamentaré por todo el pueblo de Moab y por los hombres de Quir-heres.


“Anunciad esto, dadlo a conocer entre las naciones. Levantad la señal de anuncio; no ocultéis nada. Decid: ‘¡Babilonia fue tomada! ¡El dios Bel quedó en ridículo, el dios Marduc está lleno de terror! ¡Sus ídolos, sus falsos dioses, quedaron en ridículo y llenos de terror!’


¡Babilonia, la ciudad famosa en todo el mundo, ha caído, ha sido conquistada! ¡Cómo se espantan las naciones al verla!


¿No habrá algún remedio en Galaad? ¿No habrá allí nadie que lo cure? ¿Por qué no puede sanar mi pueblo?


“Tú, hombre, habla en nombre mío y di: ‘Esto dice el Señor: Gritad por el día


Por eso, él envió la mano que escribió esas palabras,


y Darío de Media se apoderó del reino. Darío tenía entonces sesenta y dos años de edad.


¡No hay remedio para tu herida; tu llaga es incurable! Todos los que oyen tu desgracia aplauden de alegría, pues ¿quién no sufrió tu maldad sin fin?”


Le siguió un segundo ángel, que decía: “¡Cayó, cayó la gran Babilonia, la que emborrachó a todas las naciones con el vino de su prostitución!”


Con fuerte voz gritaba: “¡Cayó, cayó la gran Babilonia! ¡Se ha vuelto vivienda de demonios, guarida de toda clase de espíritus impuros, nido de fieras impuras y odiosas!


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