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Jeremías 4:22 - Dios Habla Hoy Versión Española

22 “Mi pueblo es estúpido, no me conoce –dice el Señor–. Son hijos sin juicio, que no reflexionan. Les sobra talento para hacer el mal, pero no saben hacer el bien.”

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 «Mi pueblo es necio y no me conoce —dice el Señor—. Son hijos tontos, sin entendimiento. Son lo suficientemente listos para hacer lo malo, ¡pero no tienen ni idea de cómo hacer lo correcto!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Esto te pasa porque eres un pueblo estúpido que no me conoce. Ustedes son hijos tontos y sin inteligencia que saben hacer el mal pero no el bien.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Ciertamente mi pueblo es necio; No me han conocido; Hijos insensatos son, No son entendidos; Expertos para hacer el mal, Pero nada saben de hacer el bien.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Sí, mi pueblo es insensato, a mí no me conocen. Son hijos necios, no son inteligentes, expertos para el mal, hacer el bien no saben.

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Jeremías 4:22
42 Referans Kwoze  

Luego guardó la ropa de José hasta que su amo llegó a la casa.


Pero Amnón tenía un amigo muy astuto, llamado Jonadab, que era hijo de Simá, hermano de David.


Los malvados no entienden nada de la justicia, pero los que recurren al Señor lo entienden todo.


El buey conoce a su dueño y el asno el establo de su amo; pero Israel, mi propio pueblo, no conoce ni tiene entendimiento.”


Las ramas de un árbol se quiebran cuando se secan; entonces las mujeres las recogen y hacen fuego con ellas. Es un pueblo sin inteligencia. Por eso su Creador, el que lo hizo, no le tendrá compasión ni misericordia.


Todos ellos son necios, no tienen inteligencia. ¡Nada puede enseñarles un pedazo de madera!


¿Puede un negro cambiar de color? ¿Puede un leopardo quitarse sus manchas? Pues tampoco vosotros, acostumbrados al mal, podéis hacer lo bueno.


Los sacerdotes no me buscaron, los instructores de mi pueblo no me reconocieron, los jefes se rebelaron contra mí y los profetas hablaron en nombre de Baal y siguieron a ídolos que no sirven para nada.


¿Cuánto tiempo aún veré en lo alto la bandera y escucharé el toque de la trompeta?


‘Oye esto, pueblo tonto y estúpido, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye.


Yo pensé: Sólo los pobres se comportan como tontos, porque no saben lo que el Señor quiere, lo que su Dios ordena.


¡Ojalá tuviera yo en el desierto un lugar donde vivir, para irme lejos de mi pueblo! Porque todos han sido infieles; son una partida de traidores.


Siempre están prestos a decir mentiras como si disparasen flechas con un arco. En el país reina la mentira, no la verdad; han ido de mal en peor, y el Señor mismo afirma: “No han querido reconocerme.”


Cada uno se burla del otro y no hay quien diga la verdad. Se han acostumbrado a mentir; son perversos, incapaces


Yo, el Señor, afirmo: ¡Qué enfermo tenías el corazón para cometer todos esos actos propios de una prostituta desvergonzada!


Israelitas, escuchad lo que dice el Señor. Él ha entablado un pleito contra los que viven en este país, porque aquí ya no hay lealtad entre la gente, ni fidelidad ni conocimiento de Dios.


Mi pueblo no tiene conocimiento; por eso ha sido destruido. Y a ti, sacerdote, que rechazaste el conocimiento, yo te rechazo de mi sacerdocio. Puesto que tú olvidas las enseñanzas de tu Dios, yo me olvidaré de tus descendientes.


Las malas acciones del pueblo no lo dejan volverse a su Dios. Dominado por la prostitución, no reconoce al Señor.


El Señor afirma: “Ellos no saben actuar con rectitud; guardan en sus palacios lo que robaron con violencia.”


¡Ay de aquellos que incluso en sus sueños siguen planeando maldades, y que al llegar el día las llevan a cabo porque tienen el poder en sus manos!


Son maestros en hacer lo malo: los funcionarios exigen recompensas, los jueces se dejan sobornar y los poderosos hacen lo que se les antoja y pervierten la ciudad.


El amo reconoció que aquel administrador deshonesto había actuado con astucia. Y es que, tratándose de sus propios negocios, los que pertenecen al mundo son más listos que los que pertenecen a la luz.


Eso lo harán porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí.


Decían ser sabios, pero se hicieron tontos,


Como no quisieron reconocer a Dios, él los ha abandonado a sus perversos pensamientos, para que hagan lo que no deben hacer.


De todos es bien conocida vuestra obediencia a la fe. Tengo alegría por vosotros, y quiero que seáis sabios para hacer lo bueno, pero no para hacer lo malo;


No hay quien tenga entendimiento, no hay quien busque a Dios.


Hermanos, no penséis como niños. Sed como niños en cuanto al mal, pero adultos en vuestro modo de pensar.


“Israel es un pueblo que ha perdido el juicio, ¡no tiene entendimiento!


¿así es como pagáis al Señor? Pueblo necio y sin sabiduría, ¿no es él tu padre, tu creador? ¡Él te creó y te dio el ser!


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