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Jeremías 12:11 - Dios Habla Hoy Versión Española

11 Lo dejaron desierto y desolado, y yo lo veo lamentarse. Todo el país está desierto, pero a nadie le preocupa.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Fue puesta en asolamiento, y lloró sobre mí desolada; fue asolada toda la tierra, porque no hubo hombre que reflexionase.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Lo han convertido en tierra baldía; escucho su triste lamento. Toda la tierra está desolada y a nadie siquiera le importa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 ¡El país está totalmente destruido y nadie se conmueve por eso!

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Sí, la han convertido en una desolación, Y desolada, llora sobre mí. Todo el país está desolado, Ya nadie reflexiona en su corazón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 la han dejado arrasada, está de luto ante mí, desolada. Todo el país está devastado, pero nadie lo lamentaba.

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Jeremías 12:11
23 Referans Kwoze  

Vale más ir a un funeral que ir a divertirse, pues la muerte es el fin de todo hombre, y los que viven debieran recordarlo.


Por eso se llenó de ira contra ellos y los castigó con una guerra violenta que los hizo arder en llamas; mas ni aun así quisieron entender.


Los hombres honrados mueren, pero nadie se preocupa; los hombres buenos desaparecen, pero nadie entiende que, al morir, se ven libres de los males


¡Atención! ¡Llega una noticia! De un país del norte viene un gran estruendo que va a convertir las ciudades de Judá en un desierto donde solo vivan los chacales.


Descarga tu ira sobre las naciones que no te reconocen, sobre los pueblos que no te invocan, porque han devorado al pueblo de Jacob, lo han destruido por completo y han dejado en ruinas el país.


“Judá llora de tristeza, sus ciudades están afligidas, la gente está tendida por el suelo. Jerusalén lanza gritos de dolor.


Convertiré esta ciudad en un desierto, en algo que cause espanto. Todos los que pasen por ella se quedarán espantados y asombrados al ver su completa destrucción.


El país está lleno de adúlteros, de gente que corre a hacer el mal, que usa su poder para cometer injusticias. Por eso el Señor maldijo la tierra, y la tierra se secó y los pastos del desierto se quemaron.


Todo este país quedará destruido y convertido en ruinas. Durante setenta años, estas naciones estarán sometidas al rey de Babilonia.


Llegan noticias de continuos desastres; todo el país está en ruinas. De repente han sido destruidos mis campamentos, han quedado deshechas mis tiendas de campaña.


El Señor dice: “Toda la tierra será arrasada, pero no la destruiré totalmente.


La tierra se llenará de tristeza y el cielo se pondrá de luto. He hablado, y no me arrepentiré; lo he resuelto, y no me volveré atrás.


Escarmienta, Jerusalén, porque si no, me apartaré de ti disgustado, te convertiré en un desierto, te dejaré sin habitantes.”


“Llorad y gemid por las montañas, entonad un lamento por las praderas, porque están quemadas y ya nadie pasa por ellas; ya no se oye el mugir del ganado, y hasta las aves y las fieras salieron huyendo.


“Reduciré Jerusalén a un montón de piedras y haré de ella guarida de chacales. Asolaré las ciudades de Judá y quedarán desiertas.”


¿Y no los he de castigar por estas cosas? ¿No he de dar su merecido a un pueblo así? Yo, el Señor, lo afirmo.


Los campos están desolados; las tierras, de luto. El trigo se ha perdido, las viñas se han secado y los olivos están marchitos.


“Destruiré el país, y aquellos enemigos vuestros que vengan a vivir en él, se quedarán asombrados.


“Di a todo el pueblo del país y a los sacerdotes: ‘Vosotros ayunáis y guardáis luto el quinto y el séptimo mes desde hace setenta años, pero no lo hacéis para honrarme a mí;


Habéis de obedecerme y debéis tomar en serio el honrarme. Si no lo hacéis, yo os maldeciré. Y como no habéis tomado en serio el honrarme, yo convertiré en maldición incluso los beneficios que obtenéis de vuestro sacerdocio.” Lo dice el Señor todopoderoso.


Sabemos que hasta ahora la creación se queja y sufre como una mujer con dolores de parto.


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