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Jeremías 1:16 - Dios Habla Hoy Versión Española

16 Este es el castigo que voy a decretar contra esos pecadores que me abandonaron, que quemaron incienso y adoraron a dioses extranjeros que ellos mismos se hicieron.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Pronunciaré juicio contra mi pueblo a causa de toda su maldad, por haberme abandonado y por quemar incienso a otros dioses. ¡Sí, ellos rinden culto a ídolos que hicieron con sus propias manos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a dioses que ellos mismos se fabricaron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y pronunciaré mis sentencias contra ellos a causa de toda su maldad, porque me abandonaron, quemaron incienso a dioses extraños y se postraron ante las obras de sus propias manos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Pronunciaré mis sentencias contra ellos por toda su maldad, pues me abandonaron, incensaron a dioses extraños y adoraron las obras de sus manos.

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Jeremías 1:16
44 Referans Kwoze  

Pues me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, provocando mi irritación con todas sus prácticas; por eso se ha encendido mi ira contra este lugar, y no se apagará.


salió al encuentro de Asá para decirle: “¡Escuchadme todos, Asá, los de Judá y los de Benjamín! El Señor estará con vosotros, si vosotros estáis con él. Si le buscáis, le encontraréis; pero si le abandonáis, él también os abandonará.


sino que, siguiendo los pasos de los reyes de Israel, hizo también estatuas de metal fundido que representaban a Baal.


Pues me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, provocando con todas sus prácticas mi irritación; por eso se ha encendido mi ira contra este lugar, y no se apagará.


Pero si os apartáis de mí, y no cumplís las leyes y los mandamientos que os he dado, sino que servís y adoráis a otros dioses,


¡Pero también está lleno de ídolos! La gente adora los dioses que ha hecho con sus manos, con sus propios dedos.


y que han arrojado al fuego sus dioses, porque en realidad no eran dioses, sino objetos de madera o de piedra hechos por el hombre. Por eso los destruyeron.


Luego la gente los usará para hacer fuego; se llevarán unos trozos para calentarse con ellos, y otros para cocer pan. Y aun con otros trozos harán la estatua de un dios, y se inclinarán ante ella adorándola.


un pueblo que en mi propia cara me ofendía continuamente, que ofrecía en los jardines sacrificios a los dioses y quemaba incienso en altares de ladrillo,


son objetos sin valor, ridículos, que el Señor, en el juicio, destruirá.


La religión de esos pueblos no vale nada. Cortan un tronco en el bosque, un escultor lo labra con su cincel,


Entonces, la gente de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a pedir ayuda a los dioses a los que ofrecen incienso, pero ellos no podrán salvarlos cuando llegue la calamidad.


“Yo, el Señor todopoderoso, que lo planté, he ordenado la calamidad contra él por causa de las maldades que Israel y Judá han cometido, pues me han ofendido ofreciendo incienso a Baal.”


Tú me abandonaste, me diste la espalda. Yo, el Señor, lo afirmo. Por eso yo, cansado de tener paciencia, levanté mi mano para castigarte y te destruí.


Tú contéstales: ‘El Señor afirma: Esto es porque vuestros antepasados me dejaron y se fueron tras otros dioses, para darles culto y adorarlos; a mí me abandonaron, y no cumplieron las instrucciones que les di.


Señor, tú eres la esperanza de Israel. Todo el que te abandona quedará avergonzado. Todo el que se aleja de ti desaparecerá como un nombre escrito en el polvo, por abandonarte a ti, manantial de frescas aguas.


Pero mi pueblo me ha olvidado y ofrece incienso a dioses falsos. Se ha extraviado en su camino, el camino antiguo, y sigue senderos desconocidos.


Porque los israelitas me abandonaron y convirtieron en tierra extraña este lugar, y en él ofrecieron incienso a otros dioses que ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá conocían, y lo llenaron de sangre de gente inocente.


“Mi pueblo ha cometido un doble pecado: me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron sus propias cisternas, pozos agrietados que no conservan el agua.


Esto te pasó por haberme abandonado a mí, que soy el Señor tu Dios y que te guiaba por el camino.


Tu propia maldad te castigará, tu infidelidad te condenará. Piensa y verás cuán malo y amargo ha sido que me abandones y que no me hayas honrado, a mí, que soy el Señor tu Dios. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.


Judá, ¿dónde están los dioses que te hiciste? ¡Tienes tantos dioses como ciudades! ¡Pues que vengan ellos, a ver si pueden salvarte cuando te llegue la desgracia!


El viento que yo haré venir será demasiado fuerte para eso, pues ahora voy a dictar sentencia contra ellos.”


La tierra se llenará de tristeza y el cielo se pondrá de luto. He hablado, y no me arrepentiré; lo he resuelto, y no me volveré atrás.


Al contrario, seguiremos haciendo lo que habíamos decidido hacer. Seguiremos ofreciendo incienso y ofrendas de vino a la diosa Reina del Cielo, como lo hemos hecho hasta ahora y como antes lo hicieron nuestros antepasados y nuestros reyes y jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Pues antes teníamos comida en abundancia, nos iba bien y no nos vino ninguna desgracia;


¿No los he de castigar por estas cosas? ¿No he de dar su merecido a gente así? Yo, el Señor, lo afirmo.


¿Y no los he de castigar por estas cosas? ¿No he de dar su merecido a un pueblo así?


Necio e ignorante es todo hombre. Los ídolos defraudan al que los fabrica: son imágenes engañosas y sin vida;


¿No ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?


Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego y las mujeres preparan la masa para hacer tortas y ofrecerlas a la diosa que llaman Reina del Cielo. Me ofenden, además, ofreciendo vino a dioses extraños.


Robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, ofrecéis incienso a Baal, dais culto a dioses con los que nada tenéis que ver,


les pusiste tus vestidos de bellos colores y les ofreciste mi aceite y mi incienso.


Yo, el Señor, lo he dicho, y así será. Yo mismo lo haré: no dejaré de cumplirlo. No tendré compasión ni me arrepentiré. Te castigaré por tu conducta y tus acciones. Yo, el Señor, lo afirmo.’ ”


Pero cuanto más lo llamaba, más se apartaba de mí. Mi pueblo ofrecía sacrificios a los dioses falsos y quemaba incienso a los ídolos.


los israelitas? ¡Ese becerro de Samaria no es Dios! Salió de manos de un artesano, y será hecho pedazos.


El Señor, al frente de su ejército, hace oir su voz de trueno. Muy numeroso es su ejército; incontables los que cumplen sus órdenes. ¡Qué grande y terrible es el día del Señor! No hay quien pueda resistirlo.


Entonces hicieron un ídolo en forma de becerro, mataron animales para ofrecérselos y celebraron una fiesta en honor del ídolo que habían hecho con sus manos.


“El Señor te enviará maldición, confusión y angustia en todo lo que hagas, y en muy poco tiempo te destruirán por completo, por haberle abandonado con tus malas acciones.


Entonces el Señor dijo a Moisés: “Ya pronto vas a morir, y este pueblo se corromperá con los dioses del país extranjero que va a ocupar; entonces me abandonará y romperá el pacto que he hecho con él.


Si le abandonáis y servís a otros dioses, el Señor responderá haciéndoos mal, y os destruirá a pesar de haberos hecho tanto bien.


El resto de la gente, los que no murieron por estas calamidades, tampoco ahora dejaron de hacer el mal, ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, que no pueden ver ni oir ni andar.


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