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Génesis 23:2 - Dios Habla Hoy Versión Española

2 y murió en Quiriat-arbá, o sea la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham lloró la muerte de Sara y le guardó luto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Y murió Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara, y a llorarla.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sara murió en Quiriat-arba (actualmente se llama Hebrón), en la tierra de Canaán. Allí Abraham hizo duelo y lloró por ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 en la ciudad de Kiriat-Arbe -o sea, Hebrón-, en el país de Canaán. Abrahán hizo duelo por ella y la lloró.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y murió Sara en Quiriat-Arba, que es Hebrón, en tierra de Canaán, y acudió Abraham para hacer duelo por Sara y llorar por ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Murió Sara en Quiriat Arbá, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán; y Abrahán vino a hacer duelo por Sara y a llorar por ella.

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Génesis 23:2
36 Referans Kwoze  

Así pues, Abram levantó su campamento y se fue a vivir al bosque de encinas de un hombre llamado Mamré, cerca de la ciudad de Hebrón. Allí construyó un altar en honor del Señor.


Sara vivió ciento veintisiete años,


Después de esto, Abraham enterró a Sara en la cueva que estaba en el terreno de Macpelá, al oriente de Mamré, lugar que también es conocido con el nombre de Hebrón, y que está en Canaán.


Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Isaac amó mucho a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.


Desde entonces Esaú odió a Jacob por la bendición que le había dado su padre, y pensaba: “Ya pronto estaremos de luto por la muerte de mi padre; después de eso, mataré a mi hermano Jacob.”


Jacob fue a ver a su padre Isaac a Mamré, la ciudad que también se llama Arbá o Hebrón. Allí habían vivido Abraham e Isaac.


–Bueno –dijo Israel–, ve y mira cómo están tus hermanos y las ovejas, y regresa luego a traerme noticias. Israel envió a José desde el valle de Hebrón, pero cuando José llegó a Siquem,


Entonces José se abrazó al cuerpo de su padre, y le besó llorando.


Cuando llegaron a Goren-ha-atad, que está al oriente del río Jordán, celebraron una solemne ceremonia fúnebre. Allí José guardó luto por su padre durante siete días.


y lloraron y lamentaron la muerte de Saúl y de su hijo Jonatán, lo mismo que la derrota que habían sufrido los israelitas, el ejército del Señor; y ayunaron hasta el atardecer.


David entonó este lamento por la muerte de Saúl y de su hijo Jonatán,


así que David fue rey de Judá durante siete años y seis meses, y la capital de su reino fue Hebrón.


De esta manera, todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón y hablaron con el rey David, que hizo un pacto con ellos poniendo al Señor por testigo. Entonces ellos consagraron a David como rey de Israel.


en Hebrón fue rey de Judá durante siete años y medio, y luego, en Jerusalén, fue rey de todo Israel y Judá durante treinta y tres años.


A los descendientes de Aarón les entregaron Hebrón, ciudad de refugio, además de las aldeas de Libná, Jatir, Estemoa,


Jeremías compuso en su honor un poema fúnebre. Hasta el día de hoy, todos los cantores y cantoras recuerdan a Josías en sus cantos fúnebres que, escritos y coleccionados, se han hecho tradicionales en Israel.


Algunos de la tribu de Judá se instalaron en Quiriat-arbá, Dibón, Jecabseel,


No lloréis por el rey Josías, no lloréis por su muerte; llorad más bien por su hijo Salum, que se va para no volver, que ya no verá más su tierra natal. Pues el Señor dice acerca de Salum, hijo de Josías, rey de Judá, que ocupó el trono después de su padre y que salió de este lugar: “No regresará,


El Señor dice acerca de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá: “No habrá nadie que llore su muerte. No habrá nadie que llore y diga: ‘¡Ay, hermano! ¡Ay, hermana! ¡Ay, Señor! ¡Ay, Majestad!’


Entraron por el Négueb y llegaron hasta Hebrón. Allí vivían Ahimán, Sesai y Talmai, descendientes de Anac. Hebrón fue construida siete años antes que Soan en Egipto.


Al ver los israelitas que Aarón había muerto, lloraron por él durante treinta días.


Al ver que María se levantaba y salía de prisa, los judíos que habían ido a consolarla a la casa, la siguieron pensando que iba al sepulcro a llorar.


Unos hombres piadosos enterraron a Esteban y le lloraron mucho.


Los israelitas lloraron a Moisés durante treinta días en el desierto de Moab, cumpliendo así los días de llanto y luto por su muerte.


y mataron a filo de espada a su rey y a los habitantes de los pueblos vecinos. Ni un solo habitante de Debir quedó con vida; todos fueron aniquilados, tal como habían hecho con los de Hebrón y los de Libná y con sus reyes.


Josué dio a Caleb, el hijo de Jefuné, una parte de los territorios de la tribu de Judá. Conforme a lo ordenado por el Señor, le dio Quiriat-arbá, es decir, Hebrón, ciudad principal de los descendientes del gigante Anac.


Humtá, Quiriat-arbá (llamada también Hebrón), y Sior, o sea nueve ciudades con sus aldeas.


Entonces los israelitas escogieron como ciudades de refugio a Quedes en Galilea, en las montañas de Neftalí, a Siquem en los montes de Efraín, y a Quiriat-arbá, llamada también Hebrón, en los montes de Judá.


En la región montañosa de Judá les dieron Hebrón, ciudad principal de los descendientes del gigante Anac, con sus campos de pastoreo.


También atacaron a los cananeos de la ciudad de Hebrón, que antes se llamaba Quiriat-arbá, y derrotaron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.


Mientras él siga vivo en esta tierra, ni tú ni tu reino estaréis seguros. ¡Así que envía a buscarlo y tráemelo, porque merece la muerte!


Samuel murió, y todos los israelitas se reunieron para llorar su muerte. Lo enterraron en su casa, en Ramá. Después David se fue al desierto de Parán.


Por entonces, Samuel ya había muerto. Todos en Israel habían llorado su muerte, y lo habían enterrado en Ramá, su ciudad natal. Saúl, por su parte, había expulsado del país a los adivinos y a los que invocaban a los muertos.


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