Sin embargo, si un extranjero vive entre vosotros y quiere celebrar la Pascua en honor del Señor, primero hará que se circunciden todos los hombres de su familia, y después podrá celebrarla, pues entonces será como los nacidos en el país. Pero no podrá comer del animal nadie que no esté circuncidado.
En su pacto, Dios ordenó a Abraham la práctica de la circuncisión. Por eso, a los ocho días de haber nacido su hijo Isaac, Abraham lo circuncidó. Lo mismo hizo Isaac con su hijo Jacob, y Jacob lo hizo con los suyos, que fueron los padres de las doce tribus de Israel.