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Éxodo 8:9 - Dios Habla Hoy Versión Española

9 Moisés contestó al faraón: –Dime cuándo quieres que yo le pida por ti, por tus funcionarios y por tu gente, para que las ranas se alejen de ti y de tu palacio, y se queden solo en el río.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 —¡Tú fija la hora! —respondió Moisés—. Dime cuándo quieres que ore por ti, por tus funcionarios y por tu gente. Entonces tú y tus casas se librarán de las ranas, y estas quedarán solo en el río Nilo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 y Yavé cumplió la promesa de Moisés: todas las ranas salieron de las casas, de las granjas y de los campos, y murieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y Moisés dijo a Faraón: Dígnate señalarme para cuándo he de suplicar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas se quiten de ti y de tus casas, y sean dejadas sólo en el Nilo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Escuchó Yahveh la petición de Moisés, y murieron las ranas en las casas, en las granjas y en los campos;

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Éxodo 8:9
8 Referans Kwoze  

Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: –Escoged uno de los becerros y preparadlo primero, ya que vosotros sois muchos. Luego invocad a vuestro dios, pero no encendáis fuego.


Siete días después de que el Señor golpeara el agua del río,


–Mañana mismo –dijo el faraón. Y Moisés contestó: –Así se hará, para que sepas que no hay nadie como el Señor nuestro Dios.


Las ranas se irán de tu palacio y se quedarán solamente en el río. Ya no te molestarán ni a ti, ni a tus funcionarios, ni a tu gente.


Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: –Pedidle al Señor que nos quite las ranas a mí y a mi gente, y dejaré que la tuya vaya a ofrecer sacrificios al Señor.


Pero, ¿acaso puede el hacha creerse más importante que el que la maneja? ¿La sierra más que el que la mueve? ¡Como si el bastón, que no es más que un palo, fuera el que moviera al hombre que lo lleva!


El Señor respondió: –Bien, yo los perdono, tal como me lo pides.


El Señor dijo a Gedeón: “Traes tanta gente contigo que, si hago que los israelitas derroten a los madianitas, van a alardear delante de mí creyendo que se han salvado ellos mismos.


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