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Éxodo 4:18 - Dios Habla Hoy Versión Española

18 Moisés volvió a casa de su suegro Jetró y le dijo: –Tengo que regresar a Egipto, donde están mis hermanos de raza. Quiero ver si todavía viven. –Vete, pues, y que te vaya bien –contestó Jetró.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Luego Moisés volvió a la casa de Jetro, su suegro, y le dijo: —Por favor, permíteme volver a Egipto para visitar a mis parientes. Ni siquiera sé si todavía viven. —Ve en paz —le respondió Jetro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Yavé dijo a Moisés, en el país de Madián: 'Regresa a Egipto, pues ya murieron los que querían tu muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Entonces fue Moisés y volvió a su suegro Jetro, y le dijo: Me marcharé ahora y volveré con mis hermanos que están en Egipto, y veré si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Volvió Moisés a casa de su suegro Yetró y le dijo: 'Permíteme que vuelva a mis hermanos de Egipto, para ver si todavía viven'. Respondió Yetró a Moisés: 'Vete en paz'.

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Éxodo 4:18
11 Referans Kwoze  

José dijo a sus hermanos: –Yo soy José. ¿Vive mi padre todavía? Ellos estaban tan asustados de encontrarse delante de él, que no podían contestarle.


Pero Eliseo envió un mensajero a decirle: “Ve, lávate siete veces en el río Jordán y tu cuerpo quedará limpio de la lepra.”


Eliseo le respondió: –Vete tranquilo. Naamán se fue de allí, y ya iba a cierta distancia, cuando


Y así Moisés aceptó quedarse a vivir en la casa de Reuel. Después Reuel le dio a su hija Séfora por esposa,


Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián. Un día, llevándolas a través del desierto, llegó hasta el monte de Dios, que se llama Horeb.


Pero Jesús añadió, dirigiéndose a la mujer: –Por tu fe has sido salvada. Vete tranquila.


Algún tiempo después, Pablo dijo a Bernabé: –Vayamos a visitar otra vez a los hermanos en todas las ciudades donde hemos anunciado el mensaje del Señor, para ver cómo siguen.


El carcelero dijo a Pablo: –Los jueces me han ordenado que os suelte, así que ya podéis iros.


Los que están sometidos a esclavitud deben considerar a sus amos como dignos de todo respeto, para que no se hable mal del nombre de Dios ni de nuestra enseñanza.


El sacerdote levita les contestó: –Id tranquilos, que el Señor os protegerá por dondequiera que vayáis.


–Vete en paz –le contestó Elí–, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.


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