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Éxodo 32:16 - Dios Habla Hoy Versión Española

16 Dios mismo había hecho las tablas, y Dios mismo había grabado lo que estaba escrito en ellas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Estas tablas eran obra de Dios; cada palabra estaba escrita por Dios mismo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Las tablas eran obra de Dios, como también la escritura era la escritura de Dios, grabada sobre ellas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Las dos tablas eran obra de Dios, y la escritura grabada en ellas era escritura de Dios.

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Éxodo 32:16
12 Referans Kwoze  

¡Ojalá alguien, con un cincel de hierro, las grabara para siempre en el plomo o en la piedra!


Cuando el Señor dejó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó dos tablas de piedra con la ley escrita por el dedo mismo de Dios.


Entonces Moisés se dispuso a bajar del monte trayendo en sus manos las dos tablas de la ley, que estaban escritas por ambos lados.


Cuando Josué oyó los gritos de la gente, dijo a Moisés: –Se oyen gritos de guerra en el campamento.


El Señor dijo a Moisés: –Corta tú mismo dos tablas de piedra iguales a las primeras, para que yo escriba en ellas las mismas palabras que estaban escritas en las primeras tablas, las que hiciste pedazos.


Moisés cortó dos tablas de piedra iguales a las primeras. Al día siguiente, muy temprano, tomó las dos tablas de piedra y subió al monte Sinaí, tal como el Señor se lo había ordenado.


Y se ve claramente que sois una carta escrita por Cristo mismo y entregada por nosotros; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; una carta no grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos.


Esta ley, grabada en letras sobre tablas de piedra, vino con tal resplandor que los israelitas ni siquiera podían mirar la cara de Moisés a causa de su intenso brillo. Sin embargo, aquel resplandor había de terminar por apagarse. Y si esa ley que condena a muerte fue promulgada con tanta gloria,


“Entonces el Señor me dijo: ‘Corta tú mismo dos tablas de piedra iguales a las primeras, y haz también un arca de madera y sube al monte para hablar conmigo.


“Cuando bajé del monte, que estaba ardiendo, traía en mis manos las dos tablas del pacto.


El pacto que haré con Israel después de aquellos días será este, dice el Señor: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


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