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Efesios 1:11 - Dios Habla Hoy Versión Española

11 Dios nos había escogido de antemano para que por nuestra unión con Cristo recibiéramos nuestra parte en la herencia, de acuerdo con el propósito de Dios, que todo lo hace según su buen parecer.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 En Cristo fuimos elegidos nosotros: Aquel que dispone de todas las cosas y las somete a su voluntad decidió que fuéramos pueblo suyo

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 en quien también fuimos hechos herederos, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 En él mismo hemos sido también agraciados con la herencia, predestinados -según el previo decreto del que lo impulsa todo conforme a la decisión de su voluntad-

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Efesios 1:11
40 Referans Kwoze  

Pero Dios es sabio y poderoso; hace planes y los lleva a cabo.


Así trata Dios al hombre una y otra vez:


En mí están el propósito y su realización; yo soy el buen juicio y la fuerza.


Señor, tú eres mi Dios. Yo te alabo y bendigo tu nombre porque has realizado tus planes admirables, fieles y seguros desde tiempos antiguos.


Así también hace sus planes el Señor todopoderoso. Él tiene planes admirables y los lleva a cabo con gran sabiduría.


Vosotros que decís: “Que Dios haga pronto sus obras para que las veamos; que el Dios Santo de Israel cumpla de prisa sus planes para que los conozcamos.”


Pero ¿quién asistió al concilio secreto del Señor?, ¿quién ha visto o escuchado su palabra?, ¿quién le ha prestado atención?


Tú eres grandioso en tus planes y poderoso en tus obras. Tú ves todo lo que hacen los hombres y das a cada uno lo que merecen sus acciones.


Reconstruirá el templo del Señor y recibirá los honores propios de un rey. Se sentará en su trono, a gobernar, y al lado de su trono se sentará el sacerdote y habrá paz entre los dos.


Al oir esto, los que no eran judíos se alegraron y comenzaron a decir que el mensaje del Señor era bueno; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna.


Sin embargo, a ese hombre, que fue entregado conforme a los planes y propósitos de Dios, vosotros lo matasteis, crucificándolo por mano de hombres malvados.


porque os he anunciado todo el plan de Dios, sin ocultaros nada.


“Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y al mensaje de su amor. Él tiene poder para haceros crecer espiritualmente y para daros todo lo que ha prometido a su pueblo santo.


Y te mando a ellos para que les abras los ojos y no anden más en la oscuridad, sino en la luz; para que no sigan bajo el poder de Satanás, sino que sigan a Dios; y para que, creyendo en mí, reciban el perdón de los pecados y una herencia entre el pueblo santo de Dios.’


De esta manera, ellos hicieron todo cuanto tú, en tus planes, ya habías dispuesto que sucediera.


Pues, “¿quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá aconsejarle?


Y por ser sus hijos tendremos también parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, si en verdad sufrimos con él para después estar con él en su gloria.


Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman, de quienes él ha llamado de acuerdo con su propósito.


A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el mayor entre muchos hermanos.


Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó los hizo justos; y a los que hizo justos les dio parte en su gloria.


y antes que ellos nacieran, cuando aún no habían hecho nada ni bueno ni malo, Dios anunció a Rebeca: “El mayor será siervo del menor.” Lo cual también está de acuerdo con la Escritura que dice: “Amé a Jacob y aborrecí a Esaú.” Así quedó confirmado el derecho que Dios tiene de escoger, de acuerdo con su propósito, a los que quiere llamar, sin tener en cuenta lo que hayan hecho.


Si lo que Dios va a darnos en herencia dependiera de la ley de Moisés, ya no sería una promesa; pero el hecho es que Dios prometió a Abraham dárselo gratuitamente.


El Espíritu Santo es la garantía de que recibiremos la herencia que Dios nos ha de dar cuando haya completado nuestra redención, para que él sea alabado por su grandeza.


Pido a Dios que ilumine vuestra mente para que sepáis cuál es la esperanza a la que habéis sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que pertenecen a su pueblo


nos destinó a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme a lo que se había propuesto en su voluntad.


Dios nos ha mostrado su amor dándonos toda sabiduría y entendimiento,


y nos ha hecho conocer su designio secreto, o sea el plan que él mismo se había propuesto llevar a cabo.


Dios hizo esto de acuerdo con el propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús, nuestro Señor,


En cuanto a vosotros, el Señor os tomó y os sacó de aquel horno para fundir hierro que es Egipto, y os hizo lo que ahora sois: el pueblo de su propiedad.


daréis gracias al Padre, que os ha preparado para recibir en la luz aquella parte de la herencia que reserva a quienes pertenecen al pueblo santo.


Ya sabéis que, como recompensa, el Señor os dará parte en la herencia, porque vosotros servís a Cristo, que es vuestro verdadero Señor.


Él se entregó a la muerte por nosotros, para salvarnos de toda maldad y limpiarnos totalmente, para que seamos suyos, deseosos de hacer el bien.


para que, hechos justos por su bondad, recibamos la vida eterna que esperamos.


Pues bien, Dios quiso mostrar claramente a quienes habían de recibir la herencia que él les prometía, que estaba dispuesto a cumplir la promesa sin cambiar nada de ella. Por eso garantizó su promesa mediante el juramento.


Queridos hermanos míos, oíd esto: Dios ha escogido a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en fe y para que reciban como herencia el reino que él ha prometido a los que le aman.


y hará que recibáis la herencia que Dios os tiene guardada en el cielo, la cual no se puede destruir ni manchar ni marchitar.


No devolváis mal por mal ni insulto por insulto. Al contrario, devolved bendición, pues Dios os ha llamado a recibir bendición.


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