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Apocalipsis 2:9 - Dios Habla Hoy Versión Española

9 Yo conozco tus sufrimientos y tu pobreza, aunque en realidad eres rico. Y sé lo mal que hablan de ti esos que se dicen judíos pero no son otra cosa que una sinagoga de Satanás.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 »Yo sé de tu sufrimiento y tu pobreza, ¡pero tú eres rico! Conozco la blasfemia de los que se te oponen. Dicen ser judíos pero no lo son, porque su sinagoga le pertenece a Satanás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Sé que sufres y eres pobre y, sin embargo, eres rico. Sé cómo te calumnian los que pretenden ser judíos y no lo son, pues su sinagoga es la de Satanás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Sé° tu tribulación, y tu pobreza (pero eres rico), y la blasfemia° de los que dicen ser judíos y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 'Conozco tu tribulación y tu pobreza -aunque eres rico- y la maledicencia que proviene de los que dicen ser judíos y no lo son, sino sinagoga de Satanás.

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Apocalipsis 2:9
29 Referans Kwoze  

Jesús le contestó: –Vete, Satanás, porque la Escritura dice: ‘Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a él.’


Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios.”


Y le insultaban de otras muchas maneras.


“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y a dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;


Jesús miró a sus discípulos y les dijo: “Dichosos vosotros los pobres, porque el reino de Dios os pertenece.


Os digo todo esto para que encontréis paz en vuestra unión conmigo. En el mundo habréis de sufrir, pero tened valor, yo he vencido al mundo.


En estos lugares animaron a los creyentes, a quienes, recomendándoles que siguieran firmes en la fe, les decían que para entrar en el reino de Dios hay que sufrir muchas aflicciones.


Muchas veces los castigaba para obligarlos a negar su fe. Y esto lo hacía en todas las sinagogas, y estaba tan furioso contra ellos que los perseguía hasta en ciudades extranjeras.


Vivid alegres por la esperanza que tenéis; soportad con valor los sufrimientos; no dejéis nunca de orar.


Tú dices que eres judío, te basas en la ley de Moisés y te glorías de tu Dios.


Y no solo esto, sino que incluso nos gloriamos de los sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento da firmeza para soportar,


¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la muerte violenta...?


Pero no es que las promesas de Dios a Israel hayan quedado sin cumplir. Lo que sucede es que no todos los descendientes de Israel son verdadero pueblo de Israel


Parecemos tristes, pero siempre estamos contentos; parecemos pobres, pero hemos enriquecido a muchos; parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo.


A pesar de las pruebas que han tenido que sufrir son muy felices; y a pesar de ser muy pobres, sus ofrendas han sido tan generosas como si fueran ricos.


Porque ya sabéis que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa vuestra, para que por su pobreza fuerais vosotros enriquecidos.


Además, cuando aún estábamos entre vosotros, os advertimos que íbamos a tener aflicciones; y así sucedió, como sabéis.


Y eso que yo antes le ofendía con mis palabras, le perseguía y le insultaba. Pero Dios tuvo misericordia de mí, porque yo todavía no era creyente y no sabía lo que hacía.


Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras y que estén dispuestos a dar y compartir lo que poseen.


Yo, Juan, soy vuestro hermano, y por mi unión con Jesús tengo parte con vosotros en el reino de Dios, en los sufrimientos y en la fortaleza para soportarlos. Por haber anunciado el mensaje de Dios confirmado por Jesús, me encontraba en la isla de Patmos.


Yo sé que vives donde Satanás tiene su trono; sin embargo, sigues fiel a mi causa y no renegaste de tu fe en mí ni siquiera en los días en que a Antipas, mi testigo fiel, lo mataron en esa ciudad donde vive Satanás.


Yo sé todo lo que haces; conozco tu duro trabajo y tu constancia, y sé que no puedes soportar a los malos. También sé que has puesto a prueba a quienes dicen ser apóstoles y no lo son, y has descubierto que son mentirosos.


En cuanto a vosotros, los que vivís en Tiatira pero no habéis seguido esa enseñanza ni habéis llegado a conocer lo que ellos llaman los secretos profundos de Satanás, os digo que no os impongo otra carga.


Yo haré que los de la sinagoga de Satanás, esos mentirosos que dicen ser judíos y no lo son, vayan a arrodillarse a tus pies, para que sepan que yo te he amado.


“Tú lo sabes, Señor”, le contesté. Y él me dijo: “Estos son los que han pasado por la gran aflicción, los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero.


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