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Apocalipsis 12:9 - Dios Habla Hoy Versión Española

9 Así pues, el gran dragón fue expulsado, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás y que engaña a todo el mundo. Él y sus ángeles fueron lanzados a la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Este gran dragón —la serpiente antigua llamada diablo o Satanás, el que engaña al mundo entero— fue lanzado a la tierra junto con todos sus ángeles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua,° el llamado diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra,° y sus ángeles fueron arrojados con él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Fue arrojado el gran dragón, la antigua serpiente, el que se llama Diablo y Satanás, el que seduce al universo entero. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

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Apocalipsis 12:9
68 Referans Kwoze  

La serpiente, que era la más astuta de todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, preguntó a la mujer: –¿Así que Dios os ha dicho que no comáis del fruto de ningún árbol del jardín?


Entonces Dios el Señor preguntó a la mujer: –¿Por qué lo hiciste? Ella respondió: –La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto.


El ángel acusador, se puso contra los israelitas e incitó a David a hacer un censo de Israel.


y el espíritu respondió que iba a inspirar mentiras en todos los profetas del rey. Entonces el Señor le dijo que, en efecto, conseguiría engañarlo, y que fuera a hacerlo.


“¡Cómo caíste del cielo, lucero del amanecer! Fuiste derribado al suelo, tú que vencías a las naciones.


Aquel día, el Señor castigará con su espada terrible, inmensa, poderosa, a Leviatán, la serpiente enroscada, a Leviatán, la serpiente tortuosa, y matará al dragón que está en el mar.


El lobo y el cordero pacerán juntos, el león comerá hierba, como el buey, y la serpiente se alimentará de tierra. En todo mi monte santo no habrá quien haga ningún daño.” El Señor lo ha dicho.


Con la abundancia de tu comercio te llenaste de violencia y pecado. Entonces te eché de mi presencia, te expulsé del monte de Dios, y el ser alado que te protegía te sacó de entre las estrellas.


y el enemigo que sembró la mala hierba es el diablo. La siega representa el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.


Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas, y harán grandes señales y milagros para engañar, a ser posible, incluso a los que Dios mismo ha escogido.


“Luego dirá el Rey a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos: id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo le pusiera a prueba.


Jesús le contestó: –Vete, Satanás, porque la Escritura dice: ‘Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a él.’


Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió al alero del templo


Finalmente el diablo le llevó a un monte muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y su grandeza


Jesús les dijo: –Sí, pues yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.


Pues a esta mujer, que es descendiente de Abraham y que Satanás tenía atada con esa enfermedad desde hace dieciocho años, ¿acaso no se la debía desatar aunque fuera en sábado?


Entonces Satanás entró en Judas, uno de los doce discípulos, al que llamaban Iscariote.


Dijo también el Señor: –Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo;


La parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón para que no crean y se salven.


Ahora va a ser juzgado el mundo. ¡Ahora va a ser expulsado el que manda en este mundo!


“Ya no hablaré mucho con vosotros, porque viene el que manda en este mundo. Él no tiene ningún poder sobre mí,


y el juicio, en el que manda en este mundo, porque ya ha sido condenado.


Vuestro padre es el diablo: vosotros le pertenecéis, y tratáis de hacer lo que él quiere. Desde el principio, el diablo ha sido un asesino; jamás se ha basado en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando miente, habla como lo que es: mentiroso y padre de la mentira.


Y te mando a ellos para que les abras los ojos y no anden más en la oscuridad, sino en la luz; para que no sigan bajo el poder de Satanás, sino que sigan a Dios; y para que, creyendo en mí, reciban el perdón de los pecados y una herencia entre el pueblo santo de Dios.’


Pedro le dijo: –Ananías, ¿cómo dejaste que Satanás entrase en tu corazón para que te hiciera mentir al Espíritu Santo quedándote con parte del dinero que te pagaron por el terreno?


porque no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus propios apetitos, y con sus palabras suaves y agradables engañan el corazón de la gente sencilla.


así el Dios de paz aplastará pronto a Satanás bajo vuestros pies. Que nuestro Señor Jesús os bendiga.


Lo cual no es nada raro, ya que el propio Satanás se disfraza de ángel de luz;


Pero temo que, así como la serpiente engañó con su astucia a Eva, también vosotros os dejéis engañar y que vuestros pensamientos se aparten de la devoción pura y sincera a Cristo.


Por eso, para que yo no me creyese más de lo que soy por haber recibido revelaciones tan maravillosas, se me ha dado un sufrimiento, una especie de espina clavada en el cuerpo, que como un instrumento de Satanás ha venido a maltratarme.


Así Satanás no se aprovechará de nosotros, pues conocemos muy bien sus mañas.


Pues como ellos no creen, el dios de este mundo les ha cegado el entendimiento para que no vean la brillante luz del evangelio del Cristo glorioso, imagen viva de Dios.


Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados.


No os dejéis engañar de ninguna manera. Pues antes de aquel día tiene que venir la rebelión contra Dios, cuando aparezca el hombre malvado, el que está condenado a destrucción.


Y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en pecado.


ahora bien, los malos y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.


Así como los hijos de una familia son de una misma carne y sangre, así también Jesús fue de carne y sangre humanas para derrotar con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo.


Sed prudentes y manteneos despiertos, porque vuestro enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar.


Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero está bajo el poder del maligno.


El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a condenarle con insultos, sino que solamente dijo: “¡Que el Señor te reprenda!”


¡Alegraos, pues, cielos y los que viven en ellos! ¡Pero ay de los que viven en la tierra y en el mar, porque el diablo, sabiendo que le queda poco tiempo, ha bajado contra vosotros lleno de furor!”


Luego apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.


Después hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles pelearon,


pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo.


Con esas señales que se le permitía hacer en presencia del primer monstruo engañó a los habitantes de la tierra, y les mandó que hicieran una imagen del monstruo que seguía vivo a pesar de haber sido herido a filo de espada.


Eran espíritus de demonios, que hacían señales milagrosas y salían a reunir a todos los reyes del mundo para la batalla del gran día del Dios todopoderoso.


Con fuerte voz gritaba: “¡Cayó, cayó la gran Babilonia! ¡Se ha vuelto vivienda de demonios, guarida de toda clase de espíritus impuros, nido de fieras impuras y odiosas!


Nunca más brillará en ti la luz de una lámpara ni se oirá en ti el bullicio de las fiestas de bodas, aunque tus comerciantes eran los poderosos del mundo y engañaste a todas las naciones con tus brujerías.”


El monstruo fue apresado, junto con el falso profeta que había hecho señales milagrosas en su presencia. Con esas señales, el falso profeta había engañado a los que se dejaron poner la marca del monstruo y adoraron su imagen. Entonces el monstruo y el falso profeta fueron arrojados vivos al lago de fuego, donde arde el azufre.


Yo sé que vives donde Satanás tiene su trono; sin embargo, sigues fiel a mi causa y no renegaste de tu fe en mí ni siquiera en los días en que a Antipas, mi testigo fiel, lo mataron en esa ciudad donde vive Satanás.


En cuanto a vosotros, los que vivís en Tiatira pero no habéis seguido esa enseñanza ni habéis llegado a conocer lo que ellos llaman los secretos profundos de Satanás, os digo que no os impongo otra carga.


Yo conozco tus sufrimientos y tu pobreza, aunque en realidad eres rico. Y sé lo mal que hablan de ti esos que se dicen judíos pero no son otra cosa que una sinagoga de Satanás.


Y el diablo, que los había engañado, fue arrojado al lago de fuego y azufre donde también habían sido arrojados el monstruo y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por todos los siglos.


y saldrá a engañar a las naciones de todo el mundo. Saldrá a engañar a Gog y a Magog, cuyos ejércitos, numerosos como la arena del mar, reunirá para la batalla.


Yo haré que los de la sinagoga de Satanás, esos mentirosos que dicen ser judíos y no lo son, vayan a arrodillarse a tus pies, para que sepan que yo te he amado.


El quinto ángel tocó su trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y se le dio al ángel la llave del pozo del abismo.


El resto de la gente, los que no murieron por estas calamidades, tampoco ahora dejaron de hacer el mal, ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, que no pueden ver ni oir ni andar.


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