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2 Reyes 4:6 - Dios Habla Hoy Versión Española

6 Y cuando todas las jarras estuvieron llenas, ordenó a uno de ellos: –Tráeme otra jarra más. Pero su hijo le respondió: –No hay más jarras. En aquel momento el aceite dejó de correr.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¡Pronto todas las jarras estaban llenas hasta el borde! —Tráeme otra jarra —le dijo a uno de sus hijos. —¡Ya no hay más! —le respondió. Al instante, el aceite de oliva dejó de fluir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Cuando los cántaros estuvieron llenos, dijo a su hijo: 'Pásame uno más'. Pero éste le dijo: 'Ya no hay más'. Y el aceite dejó de correr.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y sucedió que cuando las vasijas estaban llenas, dijo a un hijo suyo: Acércame otra vasija; y él le respondió: No hay ni una vasija más. Entonces cesó el aceite.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo ella a uno de sus hijos: 'Acércame otra vasija'. Pero él respondió: 'Ya no hay más'. Y entonces el aceite cesó.

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2 Reyes 4:6
12 Referans Kwoze  

Porque el Señor, Dios de Israel, ha dicho que no se acabará la harina de la tinaja ni el aceite de la jarra hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra.


Entonces el profeta se enojó con él y le dijo: –Si hubieras golpeado el suelo cinco o seis veces, habrías podido derrotar a los sirios hasta acabar con ellos; pero ahora los derrotarás sólo tres veces.


La mujer se despidió de Eliseo y se encerró con sus hijos. Entonces empezó a llenar las jarras que ellos le iban llevando.


Y no hizo allí muchos milagros, porque aquella gente no creía en él.


Todos comieron hasta quedar satisfechos, y todavía llenaron doce canastas con los trozos sobrantes.


Todos comieron hasta quedar satisfechos, y todavía llenaron siete canastas con los trozos sobrantes.


Entonces Jesús les tocó los ojos y les dijo: –Hágase conforme a la fe que tenéis.


Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía.


Cuando estuvieron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: –Recoged los trozos sobrantes, para que no se desperdicie nada.


Desde entonces no volvió a haber maná, así que los israelitas se alimentaron aquel año de lo que producía la tierra de Canaán.


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