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2 Corintios 6:4 - Dios Habla Hoy Versión Española

4 Al contrario, en todo damos muestras de que somos siervos de Dios, soportando con mucha paciencia los sufrimientos, las necesidades, las estrecheces,

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Biblia Reina Valera 1960

4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 En todo lo que hacemos, demostramos que somos verdaderos ministros de Dios. Con paciencia soportamos dificultades y privaciones y calamidades de toda índole.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 al contrario, de mil maneras demostramos ser auténticos ministros de Dios que lo soportan todo: las persecuciones, las privaciones, las angustias,

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 antes bien, recomendándonos en todo a nosotros mismos como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Por el contrario, nos acreditamos en toda ocasión como servidores de Dios, con mucha constancia, en tribulaciones, en necesidades, en aprietos,

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2 Corintios 6:4
48 Referans Kwoze  

Y a vosotros os llamarán sacerdotes del Señor, siervos de nuestro Dios. Disfrutaréis de la riqueza de otras naciones y os adornaréis con su esplendor.


así lloran los sacerdotes porque en el templo ya no hay cereales ni vino para las ofrendas del Señor.


Lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan entre el vestíbulo y el altar: “Perdona, Señor, a tu pueblo; no dejes que nadie se burle de los tuyos; no dejes que otras naciones los dominen y que los paganos digan: ‘¿Dónde está su Dios?’ ”


¡Permaneced firmes y salvaréis vuestra vida!


Os digo todo esto para que encontréis paz en vuestra unión conmigo. En el mundo habréis de sufrir, pero tened valor, yo he vencido al mundo.


“Escuchad, pues, israelitas, lo que voy a decir: Como bien sabéis, Jesús de Nazaret fue un hombre a quien Dios acreditó ante vosotros haciendo por medio de él grandes maravillas, milagros y señales.


Por el contrario, bien sabéis que he trabajado con mis propias manos para conseguir lo necesario para mí y para los que estaban conmigo.


Yo le mostraré lo mucho que tiene que sufrir por mi causa.”


El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por los hombres.


Saludad a Apeles, que ha dado pruebas de su fe en Cristo; y también a los de la familia de Aristóbulo.


Pero si nuestra maldad sirve para poner de relieve que Dios es justo, nos tendremos que preguntar (hablando en términos humanos): ¿Es Dios injusto porque nos castiga?


Pero Dios prueba que nos ama en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.


A fin de cuentas, ¿quién es Pablo, o quién es Apolos? Simples servidores, por medio de los cuales habéis creído en el Señor. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor le había encomendado:


Vosotros debéis considerarnos simplemente como ayudantes de Cristo, encargados de enseñar los secretos designios de Dios.


Así que, si hemos sembrado en vosotros una semilla espiritual, no es mucho pedir que cosechemos de vosotros algo de lo material.


¿Que son siervos de Cristo? Pues yo lo soy más que ellos, aunque al decir esto estoy hablando como un loco. He trabajado más que ellos, me han encarcelado más veces que a ellos, he sido azotado más que ellos y muchas veces he estado en peligro de muerte.


He pasado trabajos y dificultades; muchas veces me he quedado sin dormir; he padecido hambre y sed; a menudo no he comido, y he sufrido por el frío y la desnudez.


Y cuando, estando entre vosotros, necesité alguna cosa, nunca fui una carga para ninguno, pues los hermanos que llegaron de Macedonia me dieron lo que necesitaba. Procuré no ser una carga para vosotros, y así seguiré haciéndolo.


Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuanto más débil me siento, tanto más fuerte soy.


Con las señales, milagros y maravillas que con tanta paciencia he realizado entre vosotros, ha quedado probado que soy un verdadero apóstol.


Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios, como hacen muchos. Al contrario, hablamos con sinceridad delante de Dios, como enviados suyos que somos y por nuestra unión con Cristo.


pues él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no escrito sino espiritual. La ley escrita condena a muerte, pero el Espíritu de Dios da vida.


Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera que pronto pasa, pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho mayor y más abundante.


Hemos rechazado las cosas vergonzosas que se hacen a escondidas, y no actuamos con astucia ni falseamos el mensaje de Dios. Al contrario, decimos solamente la verdad, y de esta manera nos recomendamos a la conciencia de todos delante de Dios.


Así, aunque llenos de problemas, no nos encontramos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos.


Vosotros soportasteis la tristeza, como a Dios agrada, ¡y ved ahora los resultados! Os hizo tomar en serio el asunto y defenderme. Os hizo enojar y también sentir miedo. Después deseasteis verme y os dispusisteis a castigar al culpable. Con todo lo cual habéis demostrado que nada tuvisteis que ver en ese asunto.


Le pedimos que con su glorioso poder os haga fuertes; así podréis soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría


Ahora me alegro de lo que sufro por vosotros, porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo.


Por eso, hermanos, en medio de todas nuestras dificultades y aflicciones hemos recibido mucho consuelo al saber que seguís firmes en vuestra fe.


También os encargamos, hermanos, que reprendáis a los que no quieren trabajar, que animéis a los desanimados, que ayudéis a los débiles y que tengáis paciencia con todos.


Pero la mujer se salvará si cumple sus deberes de madre, y si con buen juicio se mantiene en la fe, el amor y la santidad.


Si enseñas estas cosas a los hermanos y te alimentas con las palabras de la fe y la buena enseñanza que has seguido, serás un buen servidor de Cristo Jesús.


Pero tú, hombre de Dios, huye de todo eso. Lleva una vida de rectitud, de devoción a Dios, de fe, de amor, de constancia y de humildad de corazón.


No te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor, ni tampoco te avergüences de mí, preso por causa suya. Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos por causa del evangelio.


Y un siervo del Señor no debe andar en peleas; al contrario, debe ser amable con todos. Debe ser apto para enseñar; debe tener paciencia


Pero tú conserva siempre el buen juicio, soporta los sufrimientos, dedícate a anunciar el evangelio, cumple bien con tu trabajo.


Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante.


Yo, Juan, soy vuestro hermano, y por mi unión con Jesús tengo parte con vosotros en el reino de Dios, en los sufrimientos y en la fortaleza para soportarlos. Por haber anunciado el mensaje de Dios confirmado por Jesús, me encontraba en la isla de Patmos.


Has cumplido mi mandamiento de ser constante, y por eso te protegeré de la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra.


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